HOY

La Duendeneta, en Extremadura

Esta divertida furgoneta musical llegó a la región desde Galicia por primera vez para animar unas nupcias entre una joven de La Zarza y un joven de Navalmoral

J. R. ALONSO DE LA TORRE

Martes, 27 de septiembre 2022, 09:59

2022 pasará a la historia, además de por otras razones no tan agradables, por ser el año de las bodas. En Estados Unidos, se van a celebrar dos millones y medios de ceremonias matrimoniales y en España, se van a duplicar las de 2021, se superarán las cifras de 2019 y van a aumentar un 60% con respecto a las de 2020, cuando se tuvieron que posponer la mitad de las previstas por culpa de la pandemia.

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Las nupcias movían 3.500 millones de euros en España antes de la pandemia, pero las cifras de este año van a ser de locura. Y a la boda, hay que añadirle lo que facturan las despedidas de soltería. La última a la que ha ido mi hijo, se celebró en Lisboa con alojamiento en barcos en el Tajo, comida en restaurante con estrella Michelín y asistencia a un festival de rock. Eso, el novio y sus amigos. La novia y su gente se fueron a la feria de Jerez de la Frontera.

Aunque lo que de verdad me fascina es la carrera por sorprender y convertir cada boda en un alarde de originalidad. Una de las últimas tendencias es casarse en un bosque dándole a la boda un toque folk tendencia leñador con barbas, sombreros, camisas de cuadros... Asistí hace años a una boda parecida en los Canchos de Ramiro que fue francamente inolvidable. Más sofisticada y menos rural es otra tendencia moderna llamada Glitter Bar, consistente en un córner o rincón donde los invitados pueden darse toques de purpurina, brillos, gloss, tatuajes temporales y geles. También hay bodas con tatuadores profesionales a disposición de los invitados.

Después están los detalles para los invitados. ¿Se acuerdan de los puros para ellos y los cigarrillos para ellas? Mejor no recordar porque entonces nos vendrán a la memoria la corbata del novio cortada en trozos y vendida por las mesas, los langostinos dos salsas, la espada para cortar la tarta nupcial y cómo comparar esos recuerdos con el glamour de las galletas personalizadas, los kits contra la resaca (un analgésico, un botellín de agua, un caramelo y unas gafas de sol para disimular las ojeras), las alpargatas para descansar tras el baile o las mantas y pashminas para no pasar frío si esa noche toca relente en el bosque nupcial.

Gastronómicamente, superadas ya todas las locuras posibles en el aperitivo y el banquete, la búsqueda de la sorpresa se ha trasladado a la recena a base de comida servida desde varias furgonetas o 'food trucks'. Y es ahí, en el apartado furgoneta, donde encontramos una novedad que ha llegado a una boda celebrada en La Zarza, en la provincia de Badajoz. Se casó una chica del pueblo con un joven de Navalmoral de la Mata y hubo, además de pulpeiras llegadas desde Galicia, una furgoneta musical llamada La Duendeneta, que viene en un camión desde la ría de Arousa (la pobre furgoneta tiene 48 años y no está para hacerse 1.400 kilómetros en un fin de semana).

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La Duendeneta es un espectáculo musical servido por el periodista Carlos Crespo y por K-DJ (Cristina López), que han pinchado en festivales como el Port América, han hecho de teloneros de Bonnie Tayler y pinchan música con conciencia (reggaeton no machista o canciones con firma de mujer). Se han convertido en lo último en nupcias: son capaces de sacar a la pista a los novios, a los padrinos, a los tatuadores, a los leñadores y a quien se ponga por delante.

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