María Angustias Nuevo Marcos
Miércoles, 20 de enero 2021, 21:43
Es difícil abordar la figura de Domingo Quijada sin volver a los merecidos elogios que de él se han dicho. Yo sólo constataré un hecho objetivo: Navalmoral de la Mata ha perdido un referente cultural e intelectual único e irrepetible. Y aunque se dice que nadie es irreemplazable, muchos pensamos que Domingo Quijada sí que lo es. Irremplazable. Y esto es así.
Publicidad
Me permitiré un apunte personal: el de cómo conocimos a Domingo. Fue en aquellos lejanos años setenta en que se hizo novio flamante de una de las hijas (Nieves y Pilar) del señor Hipólito, (el de la música, decíamos en el vecindario) y la señora Flores, venidos de Peraleda de la Mata. Vivían en la Rinconada de Albuera, donde D. Hipólito Fraile, impartía clases de música. Pilar estudió Magisterio en Cáceres y allí conoció a un montehermoseño llamado Domingo. Fuimos testigos de su noviazgo porque Domingo, novio entregado, llamaba a Pilar al teléfono de la taberna de mi padre, (La Paleta).
Era nuestro teléfono casi el único que había por allí, así que los vecinos hacían uso de él sin ningún problema, porque además estaba dado de alta como teléfono público. Cuando llamaba Domingo íbamos a dar una voz a Pilar, «¡Pili, que te llama Domingo al teléfono…!». Y fui a su boda y continuó la amistad entre las familias. Pero esto no me va a restar objetividad al hablar de la figura de Domingo Quijada.
No exagero un ápice si afirmo que su trayectoria es la de un verdadero humanista del Renacimiento, conocedor de muy diferentes disciplinas: Historia, Música, Ciencias, Pedagogía, Arqueología, Antropología, Música, Idiomas, Horticultura, Meteorología, Geología… no conozco mayor compendio de saberes en una sola persona.
Mencionaré su entrega a la docencia, primero en la enseñanza primaria, en el colegio Campo Arañuelo, y más tarde en la secundaria en el instituto Zurbarán. Además dio clases particulares y aunque licenciado en Historia, era un hacha en las asignaturas de Ciencias. Yo, que Matemáticas y Física se me daban mal, fui alumna suya, siendo sus explicaciones magistrales. Con el tiempo, una hija suya fue alumna aventajada mía.
Publicidad
Innovador en todo. Estableció en nuestro pueblo una estación meteorológica, nada menos. Cosa nunca vista aquí. Con primor y rigor recoge sus datos, absolutamente precisos y fiables, tanto es así que el Instituto Nacional de Meteorología se los solicita para incluirlos en su información oficial.
La placentera ciencia de la Horticultura también mereció su atención y aplicando arte y sapiencia a sus huertos, los hacía producir sobradamente en abundancia y calidad. De nuevo aquí aflora el talante del hombre renacentista, curioso y ávido de saberes aún sobre las cosas sencillas.
Publicidad
Suya fue la iniciativa de poner en marcha los Coloquios Histórico-Culturales del Campo Arañuelo, referencia cultural del otoño moralo durante tantos años. Y se convierte en cronista de nuestra villa, de la que nunca habíamos sabido tanto hasta que Domingo Quijada se puso a la tarea de darnos a conocer nuestra Historia y nuestra Intrahistoria.
Colaborador infatigable en la prensa local, nos deleitó y sorprendió con hechos de nuestro pasado que ni los más asolarados moralos conocíamos. Y mil cosas más.
Cartera al hombro
Tras jubilarse de la Enseñanza lo ves por la calle con su cartera al hombro, hacia la Escuela Oficial de Idiomas… inglés o portugués (francés ya sabía), siempre aprendiendo. Trabajador infatigable, curioso, inquieto y entusiasta, nunca abrumado por el peso de sus múltiples ocupaciones, siempre interesantes y sustanciosas.
Publicidad
Un verdadero erudito del Renacimiento, vuelvo a decir, no sólo por su cultivo y dominio de todas estas variopintas disciplinas sino, sobre todo y por encima de todo, por su concepción del conocimiento como algo que debe compartirse. Al igual que el humanista Erasmo de Róterdam, Domingo Quijada ponía en práctica la máxima de que el saber ha de transmitirse y nunca guardarlo uno para sí. Como Erasmo, era partidario de entregar lo que uno ha aprendido para enriquecimiento de los demás. No hablo por hablar, yo personalmente me he beneficiado de esa generosidad intelectual suya. Y a las pruebas me remito.
Cuando, hace mucho, quise participar en los Coloquios con una ponencia sobre el cine Amarnie, él me proporcionó «las propagandas» de las películas, las fechas de bailes y espectáculos que en este lugar se celebraron, etc. La documentación la tenía él ya, yo sólo tuve que darle forma. Me la ofreció desinteresadamente, cuando el mérito de publicarlo podría haber sido suyo.
Publicidad
Años más tarde empecé a recoger material sobre las bodas tradicionales en el Campo Arañuelo para otra ponencia. Él me remite a Peraleda de la Mata, pueblo de su media naranja, donde encuentro valiosa información sobre tradiciones y ritos nupciales.
Más recientemente, hemos elaborado mi hija Irene y yo una ponencia sobre un «cantar» moralo olvidado referente a la ocupación de tierras en Navalmoral durante la II República. Cuando le presentamos a Domingo el esbozo de nuestro trabajo, él nos hizo una oportuna corrección sobre la fecha exacta de los acontecimientos, crucial para evitar errores importantes. Y era así con todo el que se le acercaba a consultarle.
Noticia Patrocinada
Por eso estas líneas quieren ser un elogio a esta actitud suya, tan poco habitual, y también un agradecimiento a su enorme generosidad.
Creo que su altura intelectual y su disposición a entregar su saber gentilmente quedan sobradamente demostradas, que le harán figurar para siempre entre los moralos ilustres. Pero como hemos visto en esta semblanza, Domingo Quijada es mucho más: nada menos que un erudito del Renacimiento que decidió quedarse entre nosotros. Puede que no vuelva a ocurrir algo así.
Lo que dije al principio: Irreemplazable. Y esto es así.
PRIMER MES GRATIS. Accede a todo el contenido
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
El Diario Montañés
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.