«Estamos en disposición de poder finalizar el curso en buenas condiciones, lo cual no deja de ser algo tranquilizador para todos»

El pasado 13 de marzo, viernes, al finalizar el recreo reuní en el patio a todos los alumnos, profesores y personal no docente del instituto. Me dirigí a ellos para explicarles que durante un tiempo se iban a suspender las clases presenciales y cuál sería la forma en que íbamos a continuar la actividad formativa, al mismo tiempo que les insistía en la necesidad de quedarse en sus casas, tratando de hacerles entender la gravedad de la situación que se avecinaba.

He de decir que me sorprendió la atención, el respeto y el silencio con que escuchaban mis palabras, algo que no suele ser habitual cuando te diriges a 800 adolescentes de golpe. Parecían asustados e incrédulos porque algo así pudiera ocurrirles en pleno siglo XXI. Durante un tiempo iban a perder derechos y libertades de los que han gozado desde que nacieron, pero les insistí en que esta situación, sin duda, nos hará a todos -especialmente a ellos- más fuertes y nos hará valorar en el futuro aquello que realmente es importante.

Ciñéndonos a lo estrictamente académico y dejando a un lado esos otros valores, he de decir que el proceso educativo está continuando con una aceptable normalidad. En los centros se trabaja desde hace tiempo la competencia digital y los recursos que los docentes estamos utilizando para llegar a nuestros alumnos (Rayuela, grupos de Whatssapp y Telegram, Google Classroom, Scholarium, clases telemáticas con aplicaciones de videoconferencia,…) están funcionando y el proceso educativo no solamente no se ha detenido, sino que está sirviendo para que seamos conscientes de la importancia que tiene el uso de la Tecnologías de la Información y la Comunicación en nuestros días.

Las editoriales han habilitado licencias y todo el contenido digital disponible a su alcance y las redes sociales se han convertido en un repositorio de actividades y clases online bajo el #DocentesEnCasa y #TuClaseEnCasa.

Para paliar las carencias de algunas familias que no tienen acceso a Internet o equipos informáticos, la consejería de Educación está facilitando líneas móviles gratuitas y desde el Instituto les estamos cediendo equipos portátiles para que puedan continuar su formación el tiempo que sea preciso desde casa.

La coordinación docente se está realizando de forma continua, con reuniones telemáticas de los profesores de cada grupo de alumnos para llevar a cabo el proceso de evaluación y otro tipo de reuniones que son necesarias para que el sistema no pare (tutores, equipos directivos...).

Finalizar el curso

Estamos en disposición total de poder finalizar el curso en buenas condiciones, lo cual no deja de ser algo tranquilizador para todos. El examen de la EBAU se ha retrasado un mes y se está trabajando para adaptar el modelo de examen a estas excepcionales circunstancias. Las prácticas en empresas de los alumnos de Formación Profesional también se han reducido al mínimo número de horas que exige la Ley para dar validez al módulo, o sustituido por otro tipo de actividades de naturaleza similar.

Estamos todos deseando volver a la normalidad cuanto antes, pero quisiera que este artículo les sirviese a las familias para estar tranquilas de que, al menos en el ámbito educativo, se continúa trabajando desde la Administración sin descanso y de una forma eficaz.