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Las firmas de HOY Navalmoral

Días de radio

«Las recientes Jornadas de la Radio muestran la viveza que han tenido tradicionalmente los periodistas e informadores locales...»

Juan Carlos Moreno Romagueras

Viernes, 28 de febrero 2020, 23:32

Arranca la sintonía de entrada. Se hace el silencio en el cubículo. Me calo los 'cascos'. Desde el otro lado de la pecera, una mano va descontando dedos, tres, dos, … se enciende el piloto rojo. ¡Estamos en el aire! «Bienvenidos a este nuevo encuentro en las ondas…

La radio, ese misterioso artilugio que se nos cuela por los rincones y nos ameniza, nos instruye, nos entretiene, nos informa, nos comunica y nos hace más libres, toma cuerpo a través de las antenas de los receptores una vez más.

La radio, tan antigua y tan actual a la vez, puesto en cuestión su futuro en no pocas ocasiones -con la llegada de las televisiones primero, más tarde durante la revolución digital- sigue sin embargo presente en nuestras vidas desde hace ya más de un siglo, sobreponiéndose a todas las vicisitudes. De manera sigilosa y discreta, la radio penetra en nuestros hogares, trabajo, ocio y se hace cómplice de nuestras vidas.

¿Cuántos seremos los que nos acostamos con el runrún musical de la radio, del programa deportivo predilecto o del análisis nocturno de la actualidad; o nos conectamos al dial de inmediato al subir al coche; o amenizamos los trayectos en transporte público o paseando sintonizados a través de las aplicaciones del móvil; o la escuchamos en aquel viejo transistor de la cocina mientras tomamos el primer café del día para descubrir cómo se levanta el mundo?

A lo largo de su existencia, la radio ha vivido una evolución brutal, especialmente durante los últimos años, en los que la transformación digital ha reconvertido tanto los conceptos de producción y contenidos, como la tecnología, en este campo de una manera espectacular. Pero a pesar de todos esos cambios profundos, la esencia de la radio sigue viva, siendo precisamente en el ámbito local donde pienso que tiene un gran futuro si aprovechamos sus singularidades y libertad de movimientos y no nos dejamos imbuir por los corsés de las grandes emisoras.

Jornadas de la radio

Con este criterio, me parece un acierto y de gran interés la reciente iniciativa de los medios radiofónicos locales, junto a HOY Navalmoral, de organizar las I Jornadas de la Radio. Por un lado, muestra la viveza que han tenido tradicionalmente los periodistas e informadores locales y, por otro, debe servir para afianzar aún más a este colectivo, brindando la ocasión de fortalecer su importante función de servicio público ante la sociedad morala. También creo que es una buena oportunidad para constituir un foro de debate y discusión sobre el mundo de la comunicación de ámbito local y comarcal.

Juan Carlos Moreno, autor del texto Yolanda

No en vano, la trayectoria de una emisora como Radio Navalmoral -tanto en su primera etapa como en asociación con la Cadena COPE- durante cuatro décadas; o la coexistencia estos últimos años de tres emisoras -y privadas- en la ciudad (Cadena SER, Onda Cero y Radio Navalmoral-COPE, hasta su reciente cierre), todo ello conjugado con una sólida presencia regional de manera diaria e ininterrumpida desde hace más de 30 años a través del diario HOY, con su extensión local, además de su edición impresa mensual, y la de La Gaceta, sitúan a la capital arañuela entre las ciudades extremeñas con mayor vigor informativo.

Un colectivo al que me siento muy ligado, tanto profesional como afectivamente, habiendo trabado una profunda amistad con muchos de sus integrantes. Desde mi colega y compañero de fatigas Miguel Ángel Marcos, hasta el incombustible Jesús Rubio, toda una institución morala y «alma máter» de Radio Navalmoral, con quien compartí no pocas horas de conversación, debates y espíritu radiofónico, pasando por Marisa Alarza, Rosa Bautista y Gonzalo Pérez Sarró, de quien guardo un especial afecto personal y reconocimiento profesional por su paciencia y eficacia solucionando cuantas necesidades le fui planteando a lo largo de los casi tres años (entre 1991 y 1995) en que me asistió como técnico en Radio Navalmoral en la producción y controles del programa 'Dossier Municipal'.

Quiero hacer memoria, además, y destacar de entre el enorme plantel radiofónico con que ha contado y cuenta Navalmoral, a Jesús Vicente Rincón 'Chuco', al polifacético Francisco Javier Martín 'Paco Micro' y a colegas del ámbito deportivo como Miguel Camacho, Pepe Barrado, Lorenzo Sánchez Holguín y la magnífica sabia nueva de Felipe del Castillo, entre otros.

La radio forma parte de mi vida desde mis inicios en el periodismo, en un ya lejano 1985, cuando comencé mi andadura en la recién creada emisora municipal de Premià de Mar (Barcelona). Después de cuatro intensos años, la radio y su concepto quedaron arraigados en mí de manera tan profunda que, incluso a pesar de no haber vuelto a trabajar en radio de forma principal -tan solo en colaboraciones-, lo considero mi medio de comunicación predilecto, por supuesto sin menoscabo del resto de formatos, igualmente importantes e imprescindibles y a los que he dedicado muchos más años de labor.

Como decía antes, el mundo de la radio técnicamente ha vivido una auténtica revolución en las últimas décadas. En sí, no tiene nada que ver en cuanto a los procesos productivos. Por ejemplo, yo nací radiofónicamente con el Revox de cinta magnética abierta; los platos de disco y las pletinas de doble cinta para cassette como gran novedad tecnológica. Las producciones radiofónicas se hacían literalmente cortando y empalmando cinta magnética, incluso usando celo. Las llamadas telefónicas entraban a la mesa de mezclas y a veces quedaban sin respuesta…

Las unidades móviles eran escasas y pesadísimas y para las grabaciones externas se empleaba el magnetofón y, ya más adelante, las grabadoras de mano, las populares «reporteras» evolucionadas del mítico «walkman». No había móviles y todo debía hacerse por teléfono de cable…. y las estanterías amontonaban vinilos, cajetillas de casetes, bovinas abiertas y cientos de archivadores. Eran otros tiempos, sin duda alguna.

Con el paso de los años se incorporaron los ordenadores, la informática, los programas de edición de voz, los móviles, las unidades exteriores ligeras,… las redes sociales y las nuevas tecnologías, cuya aplicación nos ha llevado a una mejora y eficiencia en la capacidad de producción y emisión. Pero los principales valores de la radio siguen ahí presentes, más vivos que nunca. La potencia de «la palabra», la inmediatez y una enorme capacidad para innovar.

En este sentido, y siendo consciente de la limitación de recursos y medios, animo a mis amigos Chuco y Julián García Derecho, al frente de las emisoras locales de Cadena SER y Onda Cero respectivamente a continuar por el camino de la firmeza, el atrevimiento, la ilusión, la pluralidad y la vocación de servicio público para seguir dando notoriedad y su necesario servicio a la ciudadanía de Navalmoral y comarca.

Desde el fondo de las palabras empieza a subir la sintonía de salida. Pido paso: «Hasta aquí nuestro tiempo radiofónico de hoy. No da para más. Muchas gracias por su atención…» El jingle final toma mayor cuerpo. Se apaga la luz roja, se hace el silencio y me sobreviene la satisfacción del trabajo bien hecho. Me descuelgo los cascos, los poso con delicadeza sobre la mesa y salgo del estudio.

Mientras llegue una nueva ocasión, seguiré viviendo la radio a través de mi viejo transistor a pilas SONY, cuya antena telescópica acabo de extender en la cocina.

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