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Gómez de la Torre, a ordenador
Diario de un confinado, entrega 5
Crisis del coronavirus

Diario de un confinado, entrega 5

«Llueve. Asomado a la ventana con un día así se le quitan a uno las ganas de pasear con la imaginación»

José maría gómez de la torre

Sábado, 11 de abril 2020, 16:55

Llueve. Asomado a la ventana con un día así se le quitan a uno las ganas de pasear con la imaginación. Claro que pensando en lo verde que se van a poner las praderas que bordean el carril bici de Millanes me imagino la cara de los terneros que pastan en ellas, con una sonrisa de oreja a oreja.

Entro en Facebook y hay cientos de comentarios sobre el coronavirus y todavía, un mes después, cargando tintas sobre su propagación en la manifestación del ocho de marzo como si fuese la única causa y no hubiese habido otras aglomeraciones en el metro, en las estaciones de cercanías, en otros acontecimientos multitudinarios en ese día, en los días previos y en los posteriores hasta el día 15, cuando el Gobierno central decretó la orden de aislamiento.

¿Alguien puede separar la incidencia en los contagios de aquel acontecimiento de la de otros focos de transmisión del virus?

Alrededor de tal manifestación se han dicho muchas tonterías. Una es esa de cargar en la manifestación todas las culpas de la extensión de la pandemia. Pero no es la única.

Lema desafortunado

El lema de la manifestación, eso de «sola y borracha, quiero llegar a casa», no pudo ser más desafortunado. Todos sobreentendemos qué es lo que quiere decir, pero que lamentablemente no dice. Con poner un «aunque» delante hubiera dicho lo que se pretendía, aunque el lema no deje de ser, en mi opinión, penoso. Cambien el orden de la frase: «quiero llegar a casa sola y borracha».

Sara Naila Navacerrada, de la Comisión del 8M de Madrid, expresó su preocupación ante el hecho de que los asesinatos machistas no generen tanta 'alarma social' como el coronavirus. A su juicio, estos mensajes de 'miedo' tiran «más para otro lado» que para cuestiones feministas.

Pues sí. Habría acertado en estar callada en lugar de decir eso, lo que no quita que sea absolutamente necesario erradicar la violencia sobre la mujer.

Claro que las cosas hay que ponerlas en sus justos términos. Irene Montero en los Desayunos de TVE habló de la «violencia salvaje que se ejerce contra las mujeres por el hecho de serlo...» y que «estamos hablando de políticas de supervivencia, porque a las mujeres nos siguen matando cada día».

Cualquiera que la oyese podría pensar que vive en un país en el que se ha levantado la veda para la caza de la mujer y que cualquier mujer, por el hecho de serlo, puede ser abatida por cualquier hombre con el que se cruce en su camino.

Solo he encontrado un estudio sobre el homicidio en España, publicado recientemente pero con datos tomados entre 2010 y 2012, que creo que pueden ser válidos como referencia porque este tipo de delito ha descendido desde entonces.

Según ese estudio en el mundo se producen al año una media de 6,2 homicidios por cada 100.000 habitantes. En España la cifra es considerablemente menor: 0,66 homicidios por cada 100.000 habitantes de los cuales 0,21 son mujeres.

En ese estudio, de 870 casos ocurridos en España que se analizan, las víctimas son 603 hombres y 267 mujeres.

De esas 267 mujeres asesinadas, 132 tenían con su homicida una relación de pareja, expareja, cónyuge o separado/divorciado -tal como aparece en el informe- y hay 22 hombres víctimas de homicidas con las mismas relaciones. A mano de otros miembros de la familia han sido víctimas 54 mujeres y 66 hombres.

De los 870 casos analizados en el estudio, 186 mujeres y 88 hombres han sido víctimas de homicidas con los que tenían o habían tenido alguna forma de relación familiar.

Fuera de las relaciones familiares han sido víctimas de asesinato 81 mujeres y 515 hombres.

Diría que la señora Montero debería enfocar este triste tema desde otra perspectiva.

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