El desmantelamiento y la gestión del combustible de Almaraz se prolongarán 13 años
El responsable de los trabajos en el desmantelamiento de Zorita considera aventurado hablar de costes y de los empleos que se generarán
EFE
Martes, 26 de noviembre 2019
Los trabajos de gestión del combustible y de desmantelamiento de la central nuclear de Almaraz, compuesta por dos unidades, supondrán trece años de trabajo, según Manuel Ondaro del Pino, de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa), de la que está al frente el extremeño José Luis Navarro.
Ondaro del Pino, director de los trabajos de desmantelamiento de la central de Zorita, en Guadalajara, paticipó en Mérida en un desayuno organizado por el Punto de Encuentro de la Sociedad Civil de Extremadura para abordar el futuro desmontaje de la planta cacereña.
La parada de la unidades I y II de Almaraz está prevista para los años 2027 y 2028, respectivamente, según acordaron en marzo las empresas propietarias, Iberdrola, Endesa y Naturgy, tras meses de disputas.
En declaraciones a los medios, Ondaro del Pino indicó que tras las experiencias de desmantelamiento de Valdellós 1 (Tarragona), Zorita y Garoña (Burgos), Almaraz supondrá un reto, ya que será el primer emplazamiento con dos reactores. «Dos unidades muy potentes porque tienen más de 2.000 megavatios», indicó.
Por ello, el responsable de Enresa señaló que habrá que estudiar concienzudamente el desmantelamiento, pero ha garantizado que se efectuará de forma segura.
Tres años antes
Ondaro del Pinto manifestó que según lo establecido en el borrador del VII Plan de Gestión de Residuos Radioactivos, tres años antes de concluir la explotación se iniciará el estudio de la estrategia a seguir.
Una vez que pare la central, otros tres años se dedicarán a la gestión del combustible gastado, a la descontaminación del circuito primario y de grandes componentes y, posteriormente, al acondicionamiento de los residuos de operaciones.
Tras estos trabajos, comienza el desmantelamiento como tal, que se prolongará durante diez años: una etapa de caracterización, otra de desmontajes radiológicos, la verificación final del emplazamiento y la devolución final de los terrenos a los propietarios.
A su juicio, es aventurado hablar de costes y de los empleos que generarán los trabajos, ya que antes hay que acabarlos en Zorita e iniciar los de Garoña.
Ondaro del Pino manifestó que esta jornada es el embrión para conocer cómo son los trabajos y las expectativas que se crean con el desmantelamiento, y ha considerado que hay tiempo suficiente para que Extremadura se vaya preparando.
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