

Miguel Camacho
Jueves, 11 de abril 2024, 23:25
Ya se conocen las sanciones del choque disputado el domingo en el municipal trujillano Julián García de Guadiana entre el equipo local, el Trujillo, y el Moralo.
La invasión de campo de decenas de espectadores tras enzarzarse varios jugadores de ambos conjuntos en una pelea tras el pitido final, la ha resuelto el Juez de Disciplina de la Federación Extremeña de Fútbol con un partido de clausura total del recinto deportivo y 751,27 euros, según ha hecho público y recoge en el capítulo de sanciones.
El CF Trujillo planteó un recurso que ha sido desestimado, entendiendo el Juez que los hechos fueron muy graves dentro del Código Disciplinario de la RFEF, «debiéndose ser sancionado según el artículo 69 (actos y conductas violentas, racistas, xenófobas e intolerantes en el fútbol), más concretamente en sus apartados 1.a y 1.d». Esas secciones se refieren a «la participación activa en altercados, riñas, peleas o desórdenes públicos en recintos deportivos» y a la «invasión del terreno de juego produciéndose actos o expresiones violentos, racistas, xenófobos, discriminatorios o intolerantes».
Además, el jugador local Satu ha sido sancionado con dos partidos, lo mismo que el visitante Ben Azize, futbolista marfileño que denunció presuntos insultos racistas que provocaron el inicio de la multitudinaria trifulca. Y también ha sido castigado con un partido el delantero moralo Iván Albert, que se había quedado fuera de la convocatoria por tener que cumplir ciclo de amarillas, pero a quien el árbitro identificó entre el público y sanciona «por conducta contraria al buen orden deportivo».
Alegaciones del Trujillo
El Trujillo presentó un escrito de alegaciones, una vez conocido el acta firmado por el árbitro Botello García, indicando que su jugador no agarró del cuello al rival y que fue él quien recibió diversos golpes y/o agresiones. Mientras que en el apartado del público señala, en esencia, que fue la afición visitante la que invadió el campo, siendo pocos aficionados locales los que entraron, aportando prueba videográfica.
Ante esto, el Juez recuerda un par de artículos del Código Disciplinario apuntando que «si se aportase una prueba concluyente que permitiese afirmar la existencia del mencionado error material manifiesto, debido a la inexistencia del hecho que ha quedado reflejado en el acta o a la patente arbitrariedad de la decisión arbitral, quebrará la presunción de veracidad de la que gozan las actas arbitrales. En conclusión, lo que se precisa para modificar la valoración disciplinaria arbitral es que el interesado acredite la existencia de un error objetivo, notorio e indiscutible para la opinión de cualquier observador al que se sometiera la jugada en cuestión».
También, el Juez pone en duda que únicamente fueran aficionados visitantes los que invadieran el campo porque en el vídeo no se puede «diferenciar unos u otros… No parece creíble que sólo fueran aficionados visitantes, es más, se escuchan insultos a jugadores del equipo visitante… Hubo un peligro en la integridad física de los jugadores y árbitros (se puede ver cómo tienen dificultades para acceder al túnel de vestuarios). El equipo local es el responsable para velar por la seguridad de todos los integrantes de partido. Si no es posible, debe poner todos los medios a su alcance. No aporta ninguna prueba de la solicitud de seguridad a los cuerpos y fuerzas del Estado o seguridad privada, como tampoco ninguna de qué medidas realizó para mantener dicha seguridad».
Es lo más destacado de esta resolución que obligará al Trujillo a buscar terreno de juego fuera de su localidad para el próximo día 21 en el encuentro frente al Diocesano, al margen de tener que abonar la multa de 751,27 euros si no encuentra otra vía para recurrir.
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