

Livia drusila castro
Miércoles, 8 de julio 2020, 22:14
La disciplina es la madre del deporte y la constancia la clave para mejorar y lograr cualquier meta. Por eso Rachid Naimi, natural de Marruecos pero residente en Navalmoral desde que tenía dos años, lleva desde los 13 luchando, nunca mejor dicho, para ser el mejor en el ring de combate.
Similar al boxeo, pero con sus diferencias, el K-1 es un deporte de contacto que tiene su origen en Japón y que fusiona técnicas de diversas artes marciales, como el karate, el taekwondo, el boxeo o el muay thay. Se trata de una modalidad poco conocida e infravalorada en España, «tengo compañeros que han sacrificado mucho y hasta el momento ni ellos ni yo vivimos de este deporte», afirma Rachid.
Comenzó su trayectoria cuando todavía era un niño, en el gimnasio Miguel Ángel, y a los 15 años ya estaba disputando su primer combate en Ciudad Real. El apoyo de su familia, así como su esfuerzo y perseverancia, le han llevado a compartir vestuario con campeones de Europa y a viajar por toda España y todo el continente, dejando su huella en Inglaterra, Francia o Bélgica. A veces le resulta difícil compaginar el trabajo con los entrenamientos, sin embargo esto nunca ha sido ni será una excusa para él.
Ahora su recorrido se ha visto paralizado por la crisis del covid-19, pero lejos de venirse abajo Rachid dice que sigue entrenando para volver más fuerte que nunca a su próximo combate, que todavía no tiene fecha concreta.
Un deporte con valores
Muchos siguen cayendo en el tópico de que el boxeo o a las artes marciales son disciplinas que promueven pocos valores y fomentan la violencia, Rachid insiste en que esto no es así y en todas las cosas positivas que fue guardando en su mochila a lo largo de estos 10 años.
«La humildad, el respeto, el sacrificio y el compañerismo son la base para llegar a la cima en este y en cualquier deporte», sostiene. Celebrar las victorias y aprender de las derrotas.
«Cuando suena la campana, veo a un rival igual que en cualquier otro deporte, y cuando acaba el combate lo abrazo y nos felicitamos mutuamente por el gran trabajo realizado», afirma.
¿Sus metas? Prefiere ser prudente y no proponerse metas utópicas, su único objetivo por el momento es seguir luchando con las mismas ganas e ilusión con las que lo ha hecho hasta ahora. Seguir preparándose física y mentalmente.
A sus espaldas lleva la experiencia de las 24 peleas que ha disputado (19 en K-1, una en muay thay y cuatro en boxeo), y las 19 victorias que ha obtenido, así como su forma de hablar desprenden la seguridad de alguien que se siente bien entrenado. Tras diez años de dedicación, sus palabras y testimonios salen disparados como ganchos, esta vez directos al lector. Y es que Rachid no da un paso en falso.
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