Moralo y Diocesano quieren un puesto en la final por el ascenso

La hora de la verdad ha llegado para Moralo y Diocesano, en la tarde del domingo en el municipal de deportes. Sólo puede continuar la temporada uno de ellos una semana más para disputar la gran final por el ascenso a Segunda RFEF. Al equipo de Navalmoral le sirve el empate para pasar a la definitiva eliminatoria en una hipotética prórroga, mientras que el de Cáceres está obligado a ganar.

Ambos ya se enfrentaron en la promoción, la última vez en el mismo campo hace justamente cuatro domingos, con victoria colegial (0-1), que tuvo como consecuencia el cese de Dani Pino como técnico verde. Con anterioridad, los moralos fueron los vencedores en terreno rival (0-3). Por lo tanto, máxima igualdad y más aún en un encuentro que puede catalogarse como una 'final'.

El nuevo míster local, Miguel Rubio, se muestra satisfecho después de las tres semanas y media al frente del equipo.

«Estoy contento y soy optimista porque sabía que venía a un club serio, bien estructurado y con una plantilla poderosa. Creo que nos ha dado tiempo conocernos para afrontar este partido, tener las ideas claras y saber lo que tenemos que hacer».

El nuevo entrenador, que debutará en casa tras el fallido e intrascendente debut en Jerez (3-2), entiende que «estamos aquí para disputar este tipo de partidos. Hay que disfrutarlo, estoy deseando que llegue y que la afición nos acompañe. Es una final que se juega en casa y más bonito que esto no hay nada».

Rubio tiene a toda la plantilla a su disposición y no quiere ver más allá de este envite. «Es absurdo, hay que centrarse en él porque es la realidad; todo el foco de atención le tenemos que poner en el Dioce, que nos va a exigir dar el cien por cien».

Más motivación

Su colega, Adolfo Senso, prevé un partido diferente a los anteriores porque «los jugadores tendrán más motivación y el planteamiento será distinto». Los colegiales tienen la ilusión por bandera.