Joaquín Sarró en una imagen informal, con la camiseta del Atleti y con su gato HOY
Reflexiones sobre el coronavirus

«Ahora nos damos cuenta de lo frágiles que somos y de que no vale la pena tener tanto tiempo si no podemos compartirlo»

«Llegó la declaración del estado de alerta y aquello fue como una bofetada de realidad», dice el concejal regionalista Joaquín Sarró

Joaquín sarró, concejal de extremeños

Domingo, 22 de marzo 2020, 16:25

Veíamos muy lejano el coronavirus cuando empezó a causar muertes en la China. Vivíamos la vida como si tal cosa no fuese con nosotros, íbamos a trabajar como todos los días, llenábamos bares y pubs, paseábamos por las calles, parques y jardines, llevábamos a los juegos infantiles a nuestros hijos y nietos, había fútbol todos los días, comprábamos en las tiendas los últimos artículos de rebajas y entonces llega el bicho.

Publicidad

No le hacíamos caso, seguíamos pensando que no iba con nosotros y el caso es que ya golpeaba fuerte en Italia, donde se empezaron a suspender partidos de fútbol y otras competiciones. Miles de seguidores del Atleti, algunos buenos amigos, se desplazaron a Liverpool a disfrutar con la machada rojiblanca después de muchos minutos de sufrimiento.

Todo parecía respirar normalidad, me levantaba, me duchaba, desayunaba y me encaminaba al cole para enseñar a mis alumnos. Pero llegó la declaración del estado de alarma y aquello fue como una bofetada de realidad. Ahora tenía más tiempo que nunca, pero no podía compartirlo en persona con nadie, bueno sí, con mi mujer y con mi niña chica, pero no podía compartirlo con mi madre ingresada en una residencia, ni con el resto de mi familia, ni con mis grandes amigos, ni con mis compañeros... aunque la tecnología sí me ha permitido compartir con ellos temores, miedos, alegrías, risas, música, chistes, tonterías y tantas y tantas cosas gracias al whattsapp y a Facebook.

Esta situación de encierro a veces me da claustrofobia y me dan ganas de salir corriendo sin parar por El Cordel o subir por la Ruta de las Fuentes, pero pienso que si José Manuel Ortega Lara estuvo tantísimos días recluido en un zulo y aguantó, nosotros también podemos aguantar, porque todavía podemos salir a comprar comida o ir a la botica a por las medicinas.

Tal vez Dios o la vida, o quién sea, trata de decirnos que nada de lo que tenemos es para siempre. Yo, afortunado de mi, por lo menos tengo seguro mi trabajo, tengo mi casa pagada y la vida resuelta, pero pienso ¿cuánta gente puede perder su trabajo? ¿cuánta gente va a morir y le va a privar a sus seres queridos de su compañía? Nos damos cuenta de lo frágiles que somos y de que no vale la pena tanto tiempo si no podemos compartirlo con los demás.

Publicidad

Esto no es el fin del mundo. El mundo ha conocido epidemias de peste, de cólera, de gripe, influenza como dicen algunos ahora, el dichoso coronavirus... Éste va a matar a mucha gente en el mundo, pero nos está dando la oportunidad de entender el propósito real de nuestro paso por la vida, nos recuerda nuestra insignificancia y nos hacer repensar nuestra formar de vivir y de cuidar nuestro planeta, casa común de todos.

En estos días terribles estamos viendo como nuestro aire está más limpio, los ríos menos contaminados, como los países 'pobres' nos cierran las fronteras a los ciudadanos de los países 'ricos'. Nos estamos dando cuenta que el dinero no lo es todo, que el dinero no nos salvará. Es posible que cuando nos levanten nuestro 'arresto' domiciliario y volvamos a caminar lo hagamos 'despacito', como decía la canción, y seamos más cercanos, menos egoístas, más humildes y más humanos.

Publicidad

Por ahora seguiremos la rutina diaria. Estaremos en contacto diario con los amigos y familiares para darnos ánimos, con los compañeros de trabajo para animarnos y para mandar a nuestros alumnos tareas para que no «pierdan» tanta materia, leer las informaciones, ver los informativos con la esperanza de ver que algún país obtenga la cura contra la enfermedad, y leer, y ver programas de televisión, hacer viajes virtuales con el canal Viajar, subir al Tren de las Nubes en la Argentina, recorrer el Congo, Rusia... Ver los Estados Unidos, España, Irlanda... desde el aire; ver como el Doctor Pol asiste a las vacas para sacar a los chotos, como curan a los perros, a los gatos, a los cerdos... Y más telediarios, y más documentales, y recordar la I y la II Guerra Mundiales en el canal de Historia... O ver Mentes Criminales...

Mucha tele, mucho whattsapp, mucho Internet... y así lo vamos pasando. Ver álbumes de fotos antiguas y modernas, acordarnos mucho de los seres queridos que se fueron y así pasamos el tiempo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

PRIMER MES GRATIS. Accede a todo el contenido

Publicidad