Eloy García
Lunes, 25 de noviembre 2024, 22:42
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Formar a albañilas, carpinteras, encofradoras, electricistas, fontaneras, etcétera, para su incorporación inmediata al masculinizado sector de la construcción, ávido de mano de obra. Y así hasta 700.000 profesionales, los que se prevé que se precisarán en todo el país en los próximos cuatro años. De estos, 10.000, solo en Extremadura.
Ese es el objetivo a medio y largo plazo de la empresa social Ella Construye. «Esencialmente queremos contribuir a que la mujer ocupe su espacio en un sector más inclusivo y ayudar a paliar la escasez de mano de obra en el sector de la construcción con perspectiva de género».
Lo explica Laura Baquero, fundadora y CEO de Ella Construye, arquitecta especializada en interiorismo, morala de nacimiento, que desarrolla su actividad profesional entre Madrid y Navalmoral.
Fundada en 2017, es la primera empresa de proyectos y reformas integrales de interior «que apuesta por la integración de la mujer en las obras de construcción, buscando activamente y empleando a mujeres dedicadas a oficios. En la empresa han llegado a trabajar en oficios ocho mujeres y personas trans: electricistas, carpinteras, albañilas y pintoras», rememora Baquero.
Con este proyecto, Ella Construye recibió un premio al emprendimiento del Ayuntamiento de Madrid en 2018
Al margen de las reformas, se centra en la formación de mujeres para su incorporación al sector, aspecto que ahora cobra protagonismo en las comarcas de Campo Arañuelo, la Vera y los Ibores con Ella Construye Navalmoral, una iniciativa del Círculo Empresarial Moralo para el fomento de la igualdad de oportunidades en la construcción, impulsado por el Ayuntamiento.
La arquitecta morala explica que se trata de un plan bianual de formación presencial en construcción, así como en Prevención de Riesgos Laborales, con prácticas en empresas del sector, dirigido exclusivamente «a mujeres interesadas en los oficios para su futuro y desarrollo profesional, mujeres que consideran el autoempleo como su mejor opción laboral o que teniendo trabajo desean un cambio de profesión».
Las interesadas pueden solicitar más información a través del enlace https://www.ellaconstruye.com/contacto, desde donde se les enviará un formulario de inscripción de los cursos que elijan. El módulo piloto está compuesto por un curso de fábrica de albañilería y uno de revestimientos, a desarrollar a partir del mes de enero.
En la actualidad, la construcción es un área que da trabajo a 29.000 personas en Extremadura y que supone el 8% del producto interior bruto extremeño. Las mujeres solo representan el 6% de los profesionales de la construcción. En la comunidad trabajan aproximadamente 1.500 mujeres en el sector
Inicios
Laura Baquero rememora que «en vista de la falta de mano de obra femenina en el sector, comenzamos a organizar talleres gratuitos de iniciación para mujeres. Al principio en nuestras propias obras, y después en colaboración con compañías del sector e instituciones». En la actualidad, se dedican casi por exclusiva a la realización de cursos y actividades de construcción para mujeres por toda España.
En este tiempo, se han llevado a cabo más de 20 actividades formativas presenciales y online, en las que han participado más de medio millar de mujeres. De estas, el 30% de aquellas que no se dedicaba aun a la construcción ha conseguido trabajo en el sector.
Además, más de un centenar contactan cada mes para solicitar información sobre los cursos, y unas 300 empresas hacen lo propio con el interés de contratar a mujeres
Situaciones de rechazo
La arquitecta morala explica que «todas las mujeres que trabajan en obra que conozco han pasado por situaciones de rechazo en las que han tenido que lidiar con los prejuicios de clientes, de empleadores y de sus propios compañeros, debiendo superarse a sí mismas, demostrando valía y perseverancia. Por eso hoy por hoy pienso que emplear a una mujer en obra es una apuesta segura», afirma.
Aquí reconoce la existencia de diferencias biológicas entre mujeres y hombres, «pero también hay hombres no tan fuertes que se dedican a la construcción, porque no todos los trabajos de construcción son físicamente demandantes y cada persona debe poder optar al trabajo que se adapte a sus aptitudes físicas e intelectuales».
Además, subraya, existen herramientas y normativas en materia de seguridad y salud precisamente para que el sector pueda ser más inclusivo con todo tipo de personas.
De ahí que insista en las ventajas de emplear a mujeres, máxime a la vista de las experiencias tras formarlas. «A quienes formamos realmente les gusta la construcción y la ven como una salida laboral, o bien ya trabajan en construcción. Disfrutan aprendiendo y conociendo a otras mujeres con sus mismas inquietudes durante los cursos, el feedback es siempre súper positivo», señala.
Tras las formaciones -prosigue- siguen en contacto y suelen colaborar en proyectos juntas, apoyarse unas a otras con trabajos, compartiendo ofertas y conocimientos. «Para muchas mujeres realizar estos cursos les ha supuesto un cambio de vida», concluye.
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