

Sergio Lorenzo
Sábado, 23 de septiembre 2023, 23:48
A patadas destrozó los espejos retrovisores de dos coches de la Policía Local de Navalmoral. Huyó creyendo que nadie sabría quién había sido, pero al abandonar el lugar de los hechos a la carrera, se le cayó su teléfono móvil y también el permiso de conducir que estaba a su nombre.
Sucedió la noche del 2 de enero de 2021, y el delito ha sido analizado ahora por la Audiencia Provincial de Cáceres.
El hombre que causó los daños lo hizo por venganza. Al comienzo del año 2021, por culpa de la pandemia, seguía vigente la obligación de ir por la calle con mascarilla y ese 2 de enero de 2021, este individuo de 34 años no la llevaba. A las nueve de la noche dos agentes municipales le vieron sin la protección, le llamaron la atención y le sancionaron, mientras el ciudadano se quejaba de su intervención.
La propuesta de multa le sentó mal al vecino en cuestión, y se fue hacia las dependencias de la Policía, que se encuentran en el centro sociocultural La Inmaculada. Al llegar allí empezó a dar patadas a dos coches policiales de la marca Ford que estaban estacionados. En un vehículo rompió los dos espejos retrovisores y en otro destrozó el espejo retrovisor derecho.
Los coches afectados formaban parte de un programa de renting que el Ayuntamiento moralo había contratado con el Banco de Santander, siendo la compañía aseguradora la Mutua Madrileña Automovilística.
Un detalle «significativo»
Juzgado en primera instancia por el Juzgado de lo Penal número 1 de Plasencia, el acusado fue condenado a un año de prisión y a pagar 1.440 euros de multa, teniendo también que hacer frente a la reparación de los dos vehículos a los que destrozó los espejos retrovisores.
El procesado recurrió la condena en la Audiencia Provincial. En este tribunal señaló que no había pruebas contra él que indicaran con claridad que había sido el autor de los destrozos.
No es lo que opina, sin embargo, la Audiencia Provincial, que confirma la condena del Juzgado de lo Penal, indicando que media hora antes de ponerse a dar patadas a los coches le habían puesto la sanción y «resulta significativo», indica, que al lado de los coches apareciera su carné de conducir y también su teléfono móvil.
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