El colegio de educación especial, pendiente de los últimos flecos

A mediados de abril Daniela Turcas, presidenta de la Asociación de familiares y amigos de personas con trastornos del espectro autista (Aratea), mostraba a HOY su confianza en que este mes de septiembre empezara a funcionar en Navalmoral un colegio de educación especial.

Un objetivo ambicioso promovido por un colectivo que surgió hace una década; que creó un primer centro en la avenida del Magisterio y un segundo, años después, en la calle Julián Marcos, donde ofrece servicios de atención temprana y habilitación funcional a más de un centenar de usuarios de distintas edades y poblaciones.

Tras asentar esos dos centros su siguiente reto era conseguir el colegio para completar la atención que se presta y evitar desplazamientos a los afectados y sus familiares. Y así se lo plantearon en su día en Mérida a la secretaria general de Educación y Formación Profesional, María del Pilar Pérez, y al director de Formación Profesional, Innovación e Inclusión Educativa, Pedro Antonio Pérez.

A partir de ahí se multiplicaron las reuniones y gestiones con Educación, el Ayuntamiento y el patronato de la Fundación Concha, ya que su intención era ubicarlo en las Escuelas del Rollo una vez acondicionadas para ese fin. Y allí se ubicará, como han podido comprobar esta misma semana el delegado provincial de Educación, Felipe Fernández León; técnicos de su departamento y varios concejales en la visita que han realizado a las obras.

Ahora mismo solo quedan cuestiones administrativas por resolver para que pueda arrancar en unos días.

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