Borrar
Imagen de Agustín Carreño junto a la calle a la que da nombre MAM
La calle de la discordia
Memoria Histórica

La calle de la discordia

El pleno aprueba retirar su nombre del callejero; la familia recoge firmas para que se mantenga al reconocer su labor como alcalde y como médico

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Lunes, 3 de enero 2022, 09:51

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Agustín Carreño Camacho, nacido en Navalmoral de la Mata el 23 de julio de 1909, fue alcalde entre 1942 y 1957, en plena dictadura de Franco. Antes y después fue médico, que empezó a ejercer muy joven, con apenas 21 años, en Jaraíz de la Vera, para especializarse más tarde en pediatría en Madrid, donde fundó una academia. De ahí que muchas personas le recuerden más que como alcalde por su profesión, que ejerció hasta su muerte en 1974.

Su nombre figura en la relación de 17 calles, una avenida y una plaza que deben cambiar de denominación en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, tal y como aprobó el pleno con los votos de PSOE, Unidas por Navalmoral y Extremeños (8), en contra del PP (5), la abstención de Ciudadanos (2) y la ausencia en ese punto de un edil socialista y del concejal de Vox.

De hecho es el nombre que ha suscitado mayor controversia, ya que si bien algunos vecinos han rechazado el cambio en las redes sociales por creer que «hay cosas más importantes en las que gastar el dinero», el resto, en su mayoría, son personas que poco o nada tuvieron que ver con Navalmoral, en buena parte militares.

Junto a La Chimenea

Agustín Carreño es una calle larga y funcional, habitualmente plagada de vehículos estacionados, próxima a la plaza de La Chimenea, que a la familia le gustaría mantener. Así lo han pedido, primero, recogiendo firmas y después dirigiendo una carta abierta a los vecinos y vecinas en desacuerdo con esa decisión.

A su juicio, el acuerdo plenario se adopta con la excusa de la aplicación de la Ley de Memoria Histórica «que los grupos políticos que lo han apoyado interpretan de forma extensiva, partidista, sectaria y contraria a su letra y a su espíritu. El artículo 15.1 insta a las administraciones a la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura. No es el caso de Agustín Carreño, que jamás exaltó ni auspició ninguna sublevación ni acto de represión».

MAM

Por el contrario, aseguran que dedicó su vida y su tiempo a «ayudar a los demás, procurando el desarrollo y la prosperidad de Navalmoral», como creen demuestran las obras y gestiones «relevantes» que culminó durante su mandato, como la traída de agua corriente, la construcción del parque municipal, el Jardincillo, la barriada de las Minas, el ambulatorio, la Plaza de Abastos, el campo de fútbol y el cuartel de la Guardia Civil o la reapertura del Hospital Antipalúdico.

Unos logros que había recordado ya en el año 2018 el fallecido Cronista Oficial, Domingo Quijada, en el informe que elaboró la primera vez que el PSOE llevó el asunto al pleno, y en el que defendía que al igual que a otros personajes del momento les dedicaron calles o plazas «por la labor que desempeñaron a favor de Navalmoral, no por su ideología o cargos».

«La Ley de Memoria Histórica no ampara la retirada del nombre de una calle por simples motivos políticos. No constituye excusa o patente de corso para utilizar el nombre de nuestras calles con motivos sectarios y partidistas. Y no permite una revisión generalista y acrítica del callejero para borrar de nuestra historia a quienes entregaron su tiempo y su mejor hacer por la modernización de Navalmoral», añaden los familiares.

Por ello consideran, para terminar, que la «desmedida y extensiva aplicación de la Ley, lejos de utilizarse como instrumento de concordia, reparación y convivencia se convierte así en instrumento para enfrentar a los moralos y utilizar el nombre y el honor de nuestras familias para reescribir a su gusto nuestra historia común. La historia de Navalmoral pertenece a los moralos y no a los partidos políticos».

Opinión de los partidos

Unos argumentos similares han defendido en sendos comunicados Vox y PP, que impugnó el expediente que se llevó a pleno porque, en su opinión, «no se ha dejado participar a los vecinos y porque el comité de expertos creado por la Diputación asesora, pero no puede imponer un criterio diferente al esgrimido por Domingo Quijada sin rigor alguno».

«Domingo Quijada, en su estudio, sí informaba sobre la cuestión e indicaba lo mucho que por el pueblo hicieron -y por ello les dedicaron calles, no por su ideología ni por sus cargos- Sanz Catalá, Luis Julve, Sánchez Arjona o Agustín Carreño, sobre los que el comité de expertos no explica de qué modo exaltaron la sublevación militar, la Guerra Civil o la represión de la dictadura».

Por el contrario, Valentín Tomé, de Unidas por Navalmoral, defiende que no se pueden mantener nombres como los de Sánchez Arjona, Luis Julve o Agustín Carreño, ya que ateniéndose al espíritu de la ley «cualquier persona que hubiera ocupado un cargo público de poder durante el franquismo no puede tener cabida en un callejero correspondiente a un entorno democrático como el actual. Navalmoral ha dado un gran paso en favor de la memoria democrática».

¿Y qué dice el equipo de gobierno, y principalmente el PSOE, que ya intentó los cambios hace más de tres años?. Entonces, igual que ahora, que hay que «cumplir con la legalidad en materia de Memoria Histórica, ayudando con ello a cerrar heridas aún abiertas en buena parte de la sociedad».

Aclarando, eso sí, que no existe ningún tipo de animadversión hacia la familia de Agustín Carreño, puesto que con su hijo, del mismo nombre, existió una estrecha colaboración durante la anterior legislatura como concejal del Grupo Independiente por Navalmoral.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios