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«Hemos presenciado tristes sesiones parlamentarias en las que los diputados se olvidan de la obligación que tienen para con el pueblo español y solo miran a su ombligo»

José María Gómez de la torre

Martes, 12 de mayo 2020, 10:54

En las actuales circunstancias sanitarias, para que la población se autoimponga el respeto de las medidas de seguridad es fundamental que conozca y entienda bien las razones que las motivan.

Repito algo que ya he dicho en artículos anteriores: pienso que los dirigentes actuales de los partidos con representación parlamentaria tienen una escasa talla política.

En mi opinión los líderes de los partidos en el Gobierno son de segunda división. No sé si son volubles en sus convicciones y manifestaciones o simplemente acomodaticios a las circunstancias. Pero estoy convencido de que pese a su escasa talla pueden mirar desde arriba a casi todos los líderes de la oposición, que no les llegan a la altura de la rodilla.

Y no es que en los partidos no haya gente válida. Es que se han elegido a aquellos que por su locuacidad, actitud y capacidad para la crítica negativa se han hecho notar, pero que a la hora de la verdad tienen poco sensato que ofrecer y nada que aportar.

He sentido vergüenza de mi país al escuchar los despropósitos que se dijeron en el Pleno del Congreso del pasado día 6.

Porque de lo que se trataba era de aprobar o no unas normas en beneficio de la salud y la vida de los españoles. Y no. Lo que hubo fueron unos cuantos discursos electoralistas en los que lo único que importaba era resaltar los errores pasados sin proponer nada juicioso para el futuro y denigrarnos como país en el que todo se hace mal.

Daba pena escuchar el discurso de un personaje de mente simple al que han hecho creer ser superior a los demás y que, convencido de ello, actúa como si de verdad lo fuera. Arrogante, prepotente, despectivo, agresivo e injurioso, rodeado de colaboradores de parecida talla mental, tan arrogantes, prepotentes y despectivos como él -con la añadidura de que alguno descuella por su mala educación- parece no entender la situación a la que nos enfrentamos e irresponsablemente trató de debilitar la fe y la disciplina en las normas de aislamiento.

Comparaciones

Se basó para ello en comparaciones con otros países, fundamentalmente en Alemania donde su gobierno según un artículo del diario ABC «...ha marcado tres claras prioridades:

La primera es blindar a los grupos de riesgo, enfermos crónicos y ancianos.

La segunda prioridad es no colapsar el sistema sanitario y por ello la primera recomendación, si se sienten posibles síntomas es no acudir al médico en ningún caso. Tampoco a urgencias.

Y el tercer objetivo es proteger la economía. El gobierno alemán ha lanzado ya ayudas por 12.400 millones de euros para financiar fundamentalmente cuarentenas y jornadas reducidas».

Diría que no hay diferencias notables, salvo en la previsión del Gobierno alemán: «En los supermercados faltan determinados productos, como desinfectantes y papel higiénico, pero en caso necesario son prescritos con receta médica y se obtienen en farmacias».

Siguiendo con comparaciones entre Alemania y España según un reportaje de El Mundo:

«Antes de que la pandemia del coronavirus arrasara en Alemania, el Hospital Universitario de Giessen tenía 173 camas para cuidados intensivos. En las últimas semanas, el hospital se ha esforzado para añadir otras 40 camas. Ahora tenemos tanta capacidad que estamos recibiendo pacientes de Italia, España y Francia comentó Susanne Herold, especialista en infecciones pulmonares en ese hospital».

Orgullo patrio.

Pero sigamos con el debate parlamentario: Qué puede hacerme pensar un diputado que parece no saber de qué iba el tema del día y hace un discurso electoralista contra la ideología política comunista y saca a relucir los asesinatos de Paracuellos. Es verdad que en la práctica ningún régimen comunista ha funcionado mejorando la libertad ni el bienestar de los países donde se acabó imponiendo de forma dictatorial. Pero de lo que trataba el Pleno era de la solicitud de autorización de la prórroga del estado de alarma, y ni era el lugar ni el momento de un debate ideológico.

No acabó ahí el pleno: el siguiente parlamentario nos hizo aburrir diciendo doce veces que «hay alternativa» pero sin proponer ninguna.

Para qué seguir. Tristes sesiones parlamentarias en las que los diputados se olvidan de la obligación que tienen para con el pueblo español y solo miran a su ombligo.

Viéndoles desprestigiar a España como país y despreciar el esfuerzo de todos los que han trabajado para paliar los efectos de la enfermedad y facilitarnos la vida a los que nos mantenemos recluidos, recuerdo lo que ya en el siglo XIX escribía Joaquín Bartrina:

Oyendo hablar a un hombre, fácil es

saber dónde vio la luz del sol

Si alaba Inglaterra, será inglés

Si reniega de Prusia, es un francés

y si habla mal de España... es español.

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