Opinión
¡Bienvenido, Mr. Marshall!Y, hasta puede que los americanos, chinos o japoneses se vayan sin aquí parar y que los de Iberdrola, Endesa,… hastiados de charlatanes, para otro lado enfilen la energía a colocar
José Luis Solano Rodríguez
Lunes, 1 de diciembre 2025, 10:28
Vamos camino de conmemorar los 75 años de '¡Bienvenido, Mr Marshall!' –quedan tres, aún puede que haya tiempo-. Comparo la situación de presente y de futuro que vive el Campo Arañuelo con el sueño de los vecinos de Villar del Río en la película de Luis García Berlanga, lo que podrían pedir y conseguir con el dinero que traerían los americanos: un capricho –una bicicleta de carrera…-, un objeto -máquina de coser, camión….- con el que emprender una actividad de porvenir…
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Un proyecto que parece estar agotado –casi apuntillado-: el de la central nuclear de Almaraz; otro que discurre demasiado lentamente: el de la gigafactoria; entre tanto, la revuelta, no televisiva –tal vez debacle urbano-, del paso del AVE –que entre todos consiguieron por el centro pasar, eso sí, olvidándose de los barrios, que lo mismo a alguno, para remate, se le ocurrió llegar haciendo zigzag y el urbanismo local…., claro que lo mismo se pospuso esperando a los Avant-; y, como ya dije no hace mucho tiempo, poco parar y mucho trastocar, aunque entreteniendo a los que dicen controladores de obra, los jubilados, y desesperando al resto humano, claro, que lo mismo es el «progreso» y a callar.
Estos hechos han dado pie, ¡por fín!, a un «levantamiento» social, económico y puede que hasta político, de verdad; eso sí, moderado, de exposición simple y llana, de consciencia, que tal vez se rompa para el 21 de diciembre -fecha electoral autonómica, comienzo y solsticio del invierno, plenitud de oscuridad y puede que hasta del frío- en primer lugar, retomando, quizás, lo que decía Luis Pastor en su canción, están cambiando los tiempos, aunque no creo que se siga con la estrofa ¡agárrense, que aquí vamos¡, que, lo mismo, para alguna mente «hacedora» es necesario que todo cambie, si queremos que todo siga como está (Lampedusa), porque estamos en una sociedad conformista, que habla criticando sin más, que espera el maná, la subvención que todo lo arregla, el vivir de los 400 euros, el pensar en emigrar a El Dorado…conquistadores, a veces, de ensueños, sin tener en cuenta aquello que me decía el churrero de plaza España en Navalmoral: Me fui a Alemania y Alemania la tenía aquí.
Seguimos sin explotar nuestros recursos, nuestras capacidades, sin envestir la realidad, creando desde abajo, fomentando lo pequeño, el crear uno, dos, tres …empleos, muchos pocos que hacen una red socioeconómica de estabilidad y avance, gotas que se condensan en masas lluviosas.
Esperamos que CNA siga, que lleguen la gigafactoría…-el regalo del «futuro»-, que traigan miles de puestos de trabajo en un envite, quizás órdago, a un territorio en que el aluvión humano y económico ha sido una constante histórica, de despersonalización, de pérdida de identidad.
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Y si alguien se mueve, tantas veces ¡cataplum!, desde la autoridad «competente», de los de la cartulina en la boca, que toman como suyo lo que es de los demás, pensando en qué puesto directivo ocuparán con su vacío historial, su ineficacia vital, o podrán conseguir para pariente o camarada mostrando su potestad, hasta, puede que, haciendo competencia desleal o sumidos en envidias sociales destructoras sin par, el proyecto desbaraten antes de empezar.
Aprovechamiento político
Hay un aprovechamiento político en el cierre de Almaraz, que le ha venido, que ni al pelo, la convocatoria electoral: eslóganes diversos, un candidato, que dice que no se va a cerrar lo que se ha aprobado que sí, que sus camaradas no votaron en contra de seguir, que los de enfrente hacen demagogia con la propuesta en el Congreso, que no quieren el desarrollo industrial…, y ahora, para reafirmar, hasta defienden que lo nuclear es verde –¡pelillos a la mar!-.
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El del partido rival se compromete a que, si gana, va a continuar, con su palabra -¡ahí es ná!- como aval. Demagogia?, de quién?, de todos?, y dejando al lado tanto asunto nacional. En tanto, cambio de personajes representativos, seguir como sea,…. que, al fin y al cabo, parece ser, que lo que decían unos jóvenes en la campaña del 23 puede tener sentido: «a meterse en Diputación, que con sus curriculum ….»; desencanto que explica la tendencia a un extremo de las papeletas o el aumento de la abstención, mientras Putín, Jinping, Trump .… las manos se frotán ya.
Claro que, como Pepe Isbert, alcalde sordo, parecen intentar «escuchar» al pueblo subidos en el balcón, trasladándole luego un discurso repetitivo de demencia en su cotidianidad, usando a un vecino demagogo –Manolo Morán-, que prepara, alecciona, trata de embobar, al vecindario para la llegada del «premio sin más».
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Y, hasta puede que los americanos, chinos o japoneses se vayan sin aquí parar y que los de Iberdrola, Endesa,… hastiados de charlatanes, para otro lado enfilen la energía a colocar.
Ay¡, mi Extremadura, levántate y anda (Pablo Guerrero)
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