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...y mientras tanto, nosotros banales
Las firmas de HOY Navalmoral

...y mientras tanto, nosotros banales

Si tan maravilloso es el proyecto del tren que quieren ejecutar, y tantas bondades auguran para Navalmoral y la comarca, ¿por qué no lo hacen público y lo explican bien para que todos lo entiendan?

CARLOS MARCOS

Domingo, 10 de octubre 2021, 11:13

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Ya se han pasao las horas de los calores, y aunque todavía hace calorcillo pa' las fechas que estamos, son temperaturas que aguantamos como es debío buscando siempre alguna sombra que nos cobije y nos mantenga, y es que ya estamos acostumbraos.

Por aprovechar la tarde, y salir de la ignominia a la que nos han sometido, echamos un paseíno por la calle principal. Esa que en tiempos de esplendor fue el pulmón y la zona de esparcimiento, de vida social y comercial de este pueblo aspirante a ciudad.

Y vivir en el barrio de las Minas es lo que tiene, que cuando sales pues que te recorres to' el pueblo pa' echar un paseino en condiciones, como mínimo hasta la Cruz de los Caídos.

No ha anochecido todavía, hay luz y la sensación de seguridad sino mucha, ahí está, a pesar de que pasar por esta inmensa nave vacía, desolada, devastada y desvalijada hasta sus últimas consecuencias, y que no hace tanto fue un centro comercial y de encuentros que reunía a gran parte de la población de la zona, pues como que da un poquino de grimilla. Menos mal que los okupas que la invadieron hace un par de semanas se largaron ante las perspectivas que esto, que un día fue pueblo aspirante a ciudad, les ofrecía, o sea, nada de nada.

La verdad es que cada vez resulta más penoso salir a dar una vuelta, solo ves caras de tristeza, sumisión, abdicación.

- Jubilaos que pasean por las desiertas calles, recordando tiempos mejores y contando sus batallitas de cuando Navalmoral era referente de fiesta, cultura, ambiente y sociedad.

- Esporádicamente algún despistao de la zona que osa cruzar el muro de la vergüenza, y que viene de hacer alguna compra en los pocos comercios que aún se mantienen a duras penas.

- Un grupo de veinteañeros que se niegan a abandonar esta miseria, en los bancos de la plaza, con su bote de cerveza, con su Coca Cola. Y es que ya se ha perdido esa costumbre tan morala de socializarse y alternar en los bares o en el Jardincillo, más que nada porque quedan 4 y la verdad es que es deprimente.

- Y los pocos trabajadores de la limpieza o de servicios municipales que quedan y que aún se empeñan en mantener la dignidad de esta muerte en vida.

…Y sigues tu camino; y más locales vacíos, y más bares cerrados, y más tiendas con el cartel de se alquila…y pisos y pisos y pisos cerrados esperando que alguien les dé luz, ambiente, vida.

Y llegamos hasta el parque municipal, bueno, lo que queda de él; de ahí hasta el 'Vietnam' sin salirte de la linde, sin que se te ocurra traspasar la «línea de la vida», sin cruzar pasadizos de incertidumbre, de desolación, de vergüenza, y es que ya hace mucho tiempo que nadie atraviesa esas bocas oscuras que cuanto menos inquietan.

A lo lejos ya se siente, de nuevo, ese ruido que se ha convertido en una rutina, se acerca, llega, y como un flash pasa a toda velocidad, atravesando Erial-moral de la Mata con dirección a destinos más prósperos, florecientes y pujantes que distan leguas de este infierno.

Sistema de megafonía

Lo que si funciona de maravilla es el sistema de megafonía instalado en toda la población, ahí sí que se han esmerao de cohoné. No falla ni un día en el que cada tres horas se proclamen al viento promesas, sueños, compromisos, pactos, coaliciones, voluntades y juramentos en pos del bienestar de sus ciudadanos, de sus vecinos, de sus amigos…y que pretenden aún, después de años de engaño, cautivar la atención de algún acólito defensor de miserias consumadas. Pero ya nadie escucha, nadie se para a intentar entender algo, nadie…

Y un nuevo mensaje del ministro de turno, del presidente de turno, del miserable de turno. Ellos, los pregoneros vendehúmos, los que todo lo empuercan, los que se desgarran la camisa pretendiendo ser el referente ideologico-moral-espiritual, nos quieren seguir mangoneando sin pudor, manejando a su antojo, pretenden manipularnos una vez más… y algunos siguen soñando, pero ya nadie les cree.

Que ya nadie nos cuente milongas, que ya nadie nos venda las bondades de tan magnifico proyecto que nos llevaría a la cúspide de poblaciones modernas, del siglo XXI, de la referencia regional o nacional. Ahí está el resultado, ahí están los hechos, ahí están las mentiras que nos vendieron… ahí estaremos nosotros.

Navalmoral, 13 de octubre de 2030

«No me preocupa lo que somos, sino el poso que dejaremos»

P.D.: ¿Catastrofista, apocalíptico, dantesco?... claro. Con esta forma de expresar hiperbólicamente una situación llevada al límite se busca la reacción del personal. Porque, si tan maravilloso es el proyecto que quieren ejecutar, y tantas bondades auguran para Navalmoral y la comarca, ¿por qué no lo hacen público y lo explican bien para que todos lo entiendan?.

Lo tienen oculto hasta la ejecución; ya se ha licitado el tramo de obra y todavía no se ha presentado cómo va a ser, y eso lleva a especulaciones, elucubraciones y a lanzar la mente a panoramas de «ensueño», ¿imposibles?, iremos viendo.

Salud y fuerza

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