El Ayuntamiento terminará el centro de la dependencia de Romangordo

La construcción y puesta en funcionamiento del Centro de la Dependencia Santa Catalina era el proyecto más ambicioso de cuantos ha llevado cabo en Romangordo su recientemente fallecida alcaldesa, Rosario Cordero. De hecho tenía que estar en marcha desde finales del 2018, tal y como ella misma avanzó en el acto de colocación de la primera piedra, realizado en noviembre del 2016.

Sin embargo no ha sido posible debido al incumplimiento de la empresa a la que se adjudicó la obra, según ha asegurado a HOY el alcalde en funciones, Evaristo Blázquez, lo que obliga al Ayuntamiento a acometer los remates que faltan, como puertas o ventanas, «porque no es mucho». También la adecuación del entorno del edificio, en un proyecto aparte.

El objetivo de la Corporación romangordeña, ya sin Charo Cordero al frente, es que la obra se complete a lo largo de este año y después se proceda a su equipamiento para que empiece a funcionar en 2022. Entonces Santa Catalina cederá su nombre a la propia Charo Cordero, para agradecer así sus desvelos por Romangordo y muy especialmente por el centro, que se empezó a gestar hace casi un década, con un presupuesto cercano a los 2,6 millones de euros y un coste de adjudicación de más de 2,3 de las arcas municipales.

Según dijo en ese acto la fallecida alcaldesa se trata de un proyecto «ilusionante para el equipo de gobierno, que lleva siete años trabajando en él, y para todo el pueblo, porque garantiza el futuro de Romangordo. Una vez más este Ayuntamiento demuestra que invierte en políticas sociales que, a la vez, generan empleo».

De acuerdo el proyecto redactado en su día, contará con servicios de rehabilitación, grandes asistidos, actividades y terapias, jóvenes dependientes y alzhéimer, abierto a toda la región. Creará una treintena de puestos de trabajo.

El pueblo de la atención al mayor

«Será un centro de referencia regional, que convertirá a Romangordo en el pueblo de servicios de atención al mayor», afirmó entonces.

Lamentablemente Rosario Cordero no verá finalizada su obra, «uno de los grandes proyectos de su vida política», como se dijo en el pleno extraordinario convocado para declarar tres días de luto por su muerte.