

Cruz Roja renovó hace unos meses la presidencia de la asamblea comarcal de Navalmoral, que ocupa una joven cacereña como delegada especial, Laura Hernández, en sustitución de Pedro Casares, que presidió el colectivo durante varios años. Renovar la imagen de la institución, concentrar en un solo local todos los servicios que prestan y conseguir más voluntarios son los objetivos más inmediatos de la entidad.
El cambio realizado lo explicaba el presidente provincial, Fernando Solís, a preguntas de HOY.
«La dirección de la asamblea comarcal ha cambiado por cuestiones internas de cumplimiento de nuestros estatutos y reglamentos, porque quienes ejercemos cargos en Cruz Roja tenemos un código ético de comportamiento que debemos seguir, al igual que las directrices que se nos marcan desde la presidencia nacional o la oficina central, autonómica y provincial. El anterior presidente ya no sigue ejerciendo las funciones y se ha nombrado a una delegada especial que se ha hecho cargo de la gestión hasta que podamos encontrar alguna persona de la asamblea o de Navalmoral que quiera asumir esa tarea de aquí a las próximas elecciones, que serán dentro de tres o cuatro años».
Y no es el único cambio que ha vivido la institución en los últimos tiempos, al recordar Solís que tuvieron que abandonar la sede que ocupaban en la calle Castúo «obligados por riesgos laborales» dado su estado y alquilar un local provisional, en Pérez Lozano, hasta que puedan disponer de la que será su sede definitiva.
«Este local es chiquitito, pero nos está dando visibilidad y nos permite hacer nuestras funciones lo mejor que podemos. Y sí que hemos adquirido un nuevo local, a precio asequible, en la calle Antonio Concha y estamos pendientes de la licencia de obras del Ayuntamiento para sacar a subasta el proyecto. Porque necesitamos esa sede para poder trasladar allí todos los servicios de Cruz Roja y evitarnos gastos que ahora tenemos de alquiler y demás, que es bastante. Estamos muy repartidos y gastamos más dinero del que debemos gastar, porque dinero que gastamos en alquileres es dinero que no dedicamos a los usuarios», afirma.
En cuanto a los servicios que tienen ahora mismo en marcha, los detallaba Laura Hernández, empezando por el proyecto 'Reacciona', con ayudas puntuales en temas de alimentación o alquileres, o un programa por el que entregan ayuda dos veces al año, con más de 400 usuarios.
También tienen programas de empleo; de mayores, distribuidos por diferentes puntos de la asamblea comarcal para realizar ayuda a domicilio complementaria o ayuda a la soledad, y de juventud con los espacios educativos saludables en verano y el proyecto API (Atención a la pobreza infantil) durante todo el año, trabajando con niños y niñas por las tardes haciendo actividades de refuerzo educativo o de ocio dirigido.
Se necesitan voluntarios
Todo ello con apenas veinte voluntarios. De ahí el llamamiento que hacía Fernando Solís.
«Necesitamos voluntariado, es verdad. Hacemos un llamamiento para que las personas que conocen a Cruz Roja y que tengan tiempo y puedan dedicarnos un poquito de disponibilidad y de compromiso, que se acerquen para hacer voluntariado con nosotros. Porque Cruz Roja es una institución de voluntarios. No podemos permitirnos el lujo de contratar trabajadores. Con voluntarios podemos llegar a más usuarios y hacer más actividades».
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