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El doctor Fabio Iván Rincón en su puesto en el hospital HOY
«He aprendido a reconocer los tonos de voz de mis compañeros bajo las mascarillas y a ver sonreír sus ojos»
Reflexiones sobre la crisis del coronavirus

«He aprendido a reconocer los tonos de voz de mis compañeros bajo las mascarillas y a ver sonreír sus ojos»

«Orgulloso de mis héroes en formación, asumiendo decisiones, funciones y hasta hábitos antes impensables en un periodo formativo»

fabio Iván rincón, Medico Técnico de Salud–Jefe de Estudios Unidad Docente–Médico UMTS

Domingo, 10 de mayo 2020, 22:37

Intento, todos los días, ver a través de los ojos de las personas que tengo cerca y ponerme en su piel. Empatía. Eso que hace que entiendas al otro, aunque no lo compartas, pero que la mayoría de las veces puede servir para mejorar, o incluso cambiar algo de marco mental.

Mi familia confinada con más de 50 días de encierro encima; mujer e hijo en Plasencia, mi madre en mi ciudad de origen (Bogotá), mi hermana y los suyos en Canadá, además, la gran familia que tengo en mi país, en Estados Unidos y familiares, pocos, en Valladolid. ¿Hubiera aguantado lo que ellos llevan a cuestas siendo como soy? Lo dudo. Mis primeros héroes de esta batalla.

Salgo de casa, solo, escuchando cómo se comportan las estadísticas y me pierdo en los números que dan, deseando que mañana todos sean cero.

Llego a mi trabajo y me encuentro con saludos amables de mis compañeros. Bueno, sé que son amables porque he aprendido después de estos casi dos meses a reconocer sus tonos de voz bajo las mascarillas y a ver sonreír sus ojos. Y a percibir el cansancio del que termina el turno de noche o la guardia de 24 horas. Enfermería, TCAE, celadores, limpieza, Urgencias, Medicina Interna…. Tremendos héroes, que, aunque a algunos ya no les guste que les llamen así, lo son.

¡Vamos! A mantener eso que hacen los 'héroes salientes' de guardia desde mis funciones y con el equipo del que formo parte. Auxiliares administrativas (sí, son todas mujeres. Cinco para más señas), farmacéuticas, veterinario y el jefe. Además de tener cerca al resto de los directores. Arrancamos y veo como cada uno de ellos encaja para hacerme la vida mejor y mi trabajo más llevadero y organizado. Más héroes alrededor.

Diecinueve grandes personas

Hora de ver a mis 'chicos'. Diecinueve grandes personas, que han tenido que 'madurar' enfrentándose a algo tan desconocido que hace que cada dos o tres días cambien protocolos, tratamientos, maneras de expresarse... Ha cambiado hasta los miedos de cada uno de ellos y su perspectiva. Asumiendo decisiones, funciones y hasta hábitos, antes impensables en un periodo formativo. ¡Orgulloso de mis héroes en formación! Por eso, en una parada para retomar fuerzas, de recompensa, un refresco y una galleta. Poco para todo el esfuerzo que hacen, pero con todo el cariño del mundo.

Me llaman: «Un compañero ha caído. ¿Puedes verle?» Encantado, para eso estoy. Otra piel más en la que meterme para entender y acallar sus miedos. Porque además de mirar cara a cara a nuestro enemigo, este compañero, ahora, parece que lo tiene encima. O dentro. No importa, saldrás de esto héroe. Y sale.

Con la cabeza atontada, seguramente por respirar dentro de la mascarilla mis miedos y algo de los suyos, salgo para mi casa. Llego y me encuentro de nuevo a mis primeros héroes. La razón de mi vida de doce años que intenta, entre el cambio corporal, mental y hormonal, adaptarse a esto en medio de esta pandemia. Difícil debe ser. Y si papá lo único que hace es decirle lo que debe hacer nada más llegar… más todavía. Ya no traga tan entero.

Y ver la cara de cansancio de la persona que trabaja desde casa, la que mantiene, programa y ayuda con los deberes del colegio y que hace que lo mío se sostenga. No podría estarme metiendo en la piel de otros si no tuviera ese apoyo de mi mujer en casa. Al final, mis dos héroes confinados.

Y así discurren mis jornadas. Con más luces que sombras a pesar del panorama tan negro que se ha presentado y que si no cuidamos, no podremos, al menos frenarlo.

¿Y qué he aprendido? Que además de utilizar todos los recursos disponibles para intentar optimizar la seguridad de nuestros pacientes y de nuestros compañeros, que el prever es una herramienta básica, aunque se nos vengan encima eventos como este, he descubierto algo más valioso e importante: que la Empatía y la Humildad pueden hacer que las situaciones te hagan mejor persona. ¡Y ánimo a todos mis héroes! Que de esta salimos.

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