No aprendemos...

De los creadores de «Quitemos a Jaime Vega para pasar de diez concejales a siete», disfrutamos ahora de «No pacto con Vox; ni perdiendo, porque me lo dijo mi madre».

Pongámonos en contexto. Tasa de paro, 20%. Tasa de pobreza, 38%. En peligro de exclusión, 37%. Paro juvenil, 47%.

Con estos mimbres, hacemos un cesto, y el resultado es que no llega ni un huevo a casa. Pero, esto no es lo importante ignorante paleto extremeño. Lo realmente importante aquí es que nada cambie, pues todo es susceptible de empeorar. ¡Y lo hará!'.

Esto es lo que te encuentras cuando las bases y los votantes son ignorados. Esto es lo que pasa cuando arriban al poder a base de dedazos y panes prestados, como María Guardiola.

Por mí, puede seguir alimentando la desafección política con una pala. Por mí, puede seguir poniéndose en ridículo a diario en la prensa nacional. Pero que no diga que es extremeña, ni que nos representa. Sería más creíble, si dijese que ha salido de una serie de Netflix. Eso sí, que hable de valores y líneas rojas, cuando todos sabemos cómo ha llegado ahí, va a ser que no, pues a mí me ha mentido en la cara, y en mi casa.

Que ella diga que no está dispuesta a pactar con la ultraderecha, tildándolos de todo -aunque al final lo haya hecho- y en Navalmoral de la Mata sí, como que huele. Lo que no quería para sí, ni para el resto de los extremeños, ¿si vale aquí? ¿O es que Vox Extremadura son unos montaraces y Vox Navalmoral los Teletubbies? Le pediría que me lo explicase, pero acabaría hablándome por boca de ganso, perdón, de León. Sin pasar por Génova 13.

Políticas caciquiles

Aún no somos conscientes del daño producido por las políticas caciquiles en el Campo Arañuelo, y en particular en Navalmoral. Sanidad, empleo y el tren, es lo mollar, y ya se lo han sacudido de encima. Con media jornada y dejando fuera al tercer partido en número de votos, ¿lo van a apañar? ¡YA! Aquí se hará lo que diga Laureano, aquellos que han encontrado silla; alguno hasta tres, y, con la aquiescencia de los que se acaban de ir, aunque no del todo.

Y es que no aprendemos. Preferimos dejarnos llevar por cantos de sirena, que remar hacia Ítaca, aunque las sirenas sean una escoba o un cazo.

No aprendemos, pero no por ser unos ignorantes paletos, si no porque no acabamos de creernos que el verdadero poder está en nosotros y no en esa caterva de paniaguados, con una carpetita llena de posibles futuribles, que brillan como diamante en culo de cabra, y nos atrae como a las polillas hasta quemarnos las alas. Pero no hay diamante, ni cabra, ni culo, aunque sí perdemos las alas y hasta la vista, persiguiendo cada uno lo suyo.

¿Y mientras? Pues eso. La pila de España, la huerta de Europa, mano de obra barata y talento para exportar, reducto de la naturaleza; que me he encontrado un lince en el tendedero, cuando le cambiaba el agua al buitre negro y le daba un grillo al lagarto ocelado. ¡Vamos, que me he quedado sin piso! Como el resto de extremeños, sin tierra ni futuro.

Pero no todo iban a ser malas noticias. Para no avergonzarnos más en la humillación, ya están las Caterpillar`s en suelo urbano, levantando el muro, para que los viajeros del 2050, no vean la miseria que les recibirá en la que otrora fuera, la puerta de Extremadura.

La democracia representativa es lo que tiene. Nos permite equivocarnos, y cuatro años después, solucionarlo. Aunque en Extremadura, unos y otros representantes, se pasen la democracia, la justicia y las leyes por el engarce de la cabra.

Long Life to White Trash.

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