«Ante todo este mal invisible, está la parte buena de poder valorar más a abuelos, padres, hijos, familiares, amigos, compañeros...»

Cuando comencé a ver las primeras noticias del coronavirus en China, pensé que los medios lo estarían aumentando. Nunca llegué a imaginar que nos podría llegar a nosotros. Estamos tan lejos. El ser humano piensa que lo malo solo se puede tocar al de al lado. ¡¡Cae un avión, se estrella una moto, un choque de coches con muertes…!! Pero son a otros a quienes les ha pasado.

Pero qué triste realidad. Actualmente el mundo vive una pandemia con miles de muertos y millones de contagiados. Parecía una pesadilla, pero la realidad es que al despertar por las mañanas está ahí, destruyendo.

Ante todo este mal invisible, está la parte buena de poder valorar más a abuelos, padres, hijos, familiares, amigos y compañeros, a los que recordamos con nostalgia. Besos, abrazos, paseos, ensayos… que anteriormente no les dimos. La gran importancia que todos tienen y que nos faltan con este aislamiento. Y aún con la suerte que algunos tenemos por disponer de alimentos, techo para cobijarnos, teléfonos, televisor, libros, etc… y que a otros les está faltando, como a niños y refugiados, o los que huyen atravesando fronteras para poder sobrevivir.

Por lo demás, es tiempo de valorar a tantas y tantos sanitarios, personal de los hospitales. Grandes héroes exponiendo sus vidas en esta guerra invisible y maligna.

Esperemos con esperanza quedándonos en casa, para salir triunfantes y poder valorar y apreciar en adelante lo que Dios creó.