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Agus Scab frente al ordenador HOY
«Tengo amigos y compañeros que han visto como el esfuerzo de 2 o 3 años, se ha ido disolviendo estos meses como un terrón de azúcar»
Reflexiones sobre la crisis del coronavirus

«Tengo amigos y compañeros que han visto como el esfuerzo de 2 o 3 años, se ha ido disolviendo estos meses como un terrón de azúcar»

«Consumamos aquí, viajemos aquí, compremos aquí, apoyemos las ideas de los de aquí. El éxito de las pymes, de los emprendedores, de las startups, de los autónomos... será el éxito de nuestra sociedad»

Agustín Sánchez cabanillas, joven emprendedor y creativo

Viernes, 8 de mayo 2020, 22:43

¿Cómo estás llevando el confinamiento?

Buena pregunta.

9:00 h. Me despierto, desayuno, camino los nueve pasos que separan la cama de mi nuevo centro creativo improvisado. Espacio que, poco a poco, con el espeso paso de los días, he ido adaptando para sentirme realmente cómodo en él. Dibujos estilo low poli por aquí, unas notas musicales que dejo caer a media mañana por allá, algunos de mis libros favoritos junto a la pantalla y alguna que otra sidra que se cuela entre las horas muertas.

Miro por la ventana para despejar un poco la mente, y veo como el coronavirus empuja a un mundo inerte y desolado a mirarme con recelo. Casi con desgana.

¡Uf!

Os diré que este es el tercer artículo que escribo, después de rechazar enviar los dos anteriores, por diversos motivos, tengo la esperanza de que sea el definitivo. Pero estos días, sinuosos y confusos, son capaces de hacer explotar más sentimientos, ideas y emociones en un minuto dentro mi cerebro, que las palabras que mis dedos aciertan a disparar en ese mismo lapso. Pero, me ha resultado francamente estimulante el reto de sintetizar, en aproximadamente 700 palabras, uno de tantos mensajes que me nace gritarle al mundo en estos momentos. Una de tantas ideas que se baten en cobre sobre la lona de mis neuronas, buscando ser la elegida para llegar hasta el papel.

Hay muchas cuestiones que, como si de pequeños caballos de Troya fratricidas se tratasen, eclosionan continuamente en lo más profundo de mi mente, para colarse con disimulo hasta ese recóndito lugar en el que revolotean las ideas que nos quitan el sueño.

Pero, entre todo este desconcierto, hay una pregunta que está especialmente alborotada dentro de mí. Cada minuto del día. En cada 'tic' del reloj. En cada 'tac' del teclado.

'¿Estaremos a la altura?'

Sí, y no me refiero a tener el compromiso de aplaudir cada día a las 20:00 h. -que está bien como breve distracción-, ni a compartir cientos de vídeos con bailes de copia y pega. Me refiero a estar a la altura de verdad. A esa altura que se nos va a exigir como sociedad madura e inteligente. Esa altura que necesitaremos para superar la tormenta que asoma por el este, de la manera más digna posible, sin que deje las calles que llevan hacia nuestro futuro, embarradas de sueños abortados.

Mirad, en estos días tan anómalos, los creativos, los emprendedores, los que nos dedicamos a innovar y trabajamos tratando de encontrar soluciones a diversos problemas, tampoco hemos parado ni un segundo. Pero, desde luego, hemos sufrido un revés muy importante (como tantos y tantos). Por toda España nos enfrentamos a miles de proyectos estancados, paralizados, congelados, algunos, incluso, rotos en pedazos... Tengo amigos y compañeros que han visto como el esfuerzo de 2 y 3 años, se ha ido disolviendo estos meses como un terrón de azúcar en el café. En un café muy amargo.

La realidad de esta situación no son solamente versiones de canciones, aplausos y performances en los balcones. La realidad de esta situación es una sociedad con sueños fragmentados, rota, y en ocasiones, abatida por el cansancio de intentar correr más que un enemigo al que no puedes ver. Un enemigo que ha venido para ponernos a prueba, para que nos conozcamos mejor, pero, sobre todo, para poner en tela de juicio si comprendemos realmente el significado de 'estar a la altura de la situación'. Y el veredicto final no caerá ahora sobre nuestros cuellos, sino en unos meses.

Estar a la altura cuando todo esto acabe significará mirar la etiqueta más que nunca, nuestros productores, ganaderos y agricultores nacionales, y en especial, los locales, necesitarán que estemos ahí para levantarlos. Significará quedarnos en nuestras zonas y ayudar a la hostelería, al comercio y a los servicios que tenemos en la puerta de casa. Pero también significará que compartas los proyectos de tus amigos, de tu vecina o de tu primo. Que hables de ellos, que estéis ahí, que no mires para otro lado cuando haya que arrimar el hombro de verdad.

Consumamos aquí, viajemos aquí, compremos aquí, apoyemos las ideas de los de aquí. El éxito de los emprendedores, de las pymes, de las startups, de los autónomos, será el éxito de toda nuestra sociedad.

No hacen falta fotos descafeinadas que pretenden convertir la excepción en norma. Lo que hace falta es que nadie se quede atrás. Porque cada proyecto que sale adelante, cada idea que no dejamos morir, cada pyme que crece, cada emprendedor que llega a la cima, cada autónomo que resiste... se convierte en una victoria para toda la sociedad.

Que no se nos olvide dentro de 3 meses.

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