La central nuclear de Almaraz dispone desde finales del 2018 de un almacén temporal individualizado (ATI), con capacidad para 20 contenedores de elementos de combustible gastados de alta actividad.
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En el año 2026 a ese ATI se unirá otro cinco veces mayor que podrá albergar hasta 100 contenedores, garantizando así el almacenamiento de los elementos que genere la central hasta el final de su actividad, en 2027 y 2028 según la Unidad. Así se podrán vaciar las piscinas de combustible como paso previo al inicio del desmantelamiento de la instalación
El almacén actual ocupa una superficie de 2,5 hectáreas, de las que 3.700 metros cuadrados corresponden a una zona pavimentada y delimitada por un muro perimetral de 5 metros de altura. Dentro está la losa sísmica de almacenamiento propiamente dicha, con unas dimensiones de 51 por 20 metros y un metro de espesor de hormigón armado.
Allí se vienen depositando los contenedores, construidos expresamente para este fin por la empresa ENSA en Santander, con la previsión de completar la losa en unos cinco años.
Consejo de Ministros
El nuevo ATI forma parte del paquete que pasó el martes por el Consejo de Ministros, al autorizar a la Empresa Nacional de Residuos (Enresa) un contrato para el 'diseño, apoyo al licenciamiento, fabricación y suministro' de un sistema de almacenamiento de combustible nuclear gastado de las centrales de Almaraz, Ascó y Vandellós II (Tarragona) y Cofrentes (Valencia), con un importe de 220 millones de euros.
Ante la ausencia de un ATC (Almacén Temporal Centralizado) –que iba a construirse en Villar de Cañas (Cuenca) y del que nada ha vuelto a saberse– las centrales se han ido dotando de sus propios recintos para dar salida al combustible gastado. De hecho todas las plantas disponen de un ATI excepto Vandellós II.
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Los cuatro nuevos almacenes individualizados tendrán el mismo diseño y se someterán a un único procedimiento administrativo, lo que supone un ahorro por economía y por el uso compartido de equipamientos auxiliares y repuestos, procedimientos comunes y formación.
Además, serán compatibles con cualquiera de las estrategias de almacenamiento temporal que se planteen en el nuevo Plan General de Residuos Radiactivos, actualmente en tramitación. Llegado el momento, los contenedores se trasladarán a un almacén centralizado, si es que finalmente llega a existir.
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Para poder poner en marcha las nuevas instalaciones se necesitan cinco años de plazo desde el inicio de la licitación hasta que los ATI estén operativos en 2026, según el calendario previsto. El presupuesto base es de 181.886.650 euros, más 38.196.196,50 euros de IVA, por lo que el coste total del contrato ascenderá a 220.082.846,50 euros.
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