
Pasadas las seis de la tarde del jueves los negros nubarrones que se acercaban por el oeste, descargaron un tremendo aguacero sobre Navalmoral que, sin llegar a lo ocurrido en varios pueblos de Badajoz, anegó algunas calles y llevó el agua al interior de viviendas bajas, locales y garajes.
Aunque lo cierto es que durante todo el día se esperaba esa lluvia intensa, anunciada en las páginas de meteorología y más tras ver lo sucedido en otras partes de la región.
La tromba caída provocó la habitual acumulación en tramos de Antonio Concha, la avenida de las Angustias, Genaro Cajal o el entorno de Los Colorines, entre las quejas de algunos vecinos que, al tiempo que achicaban agua, se lamentaban del estado de las alcantarillas, «porque hemos dicho muchas veces que las limpien y no hacen caso».
Aunque otras vecinas del mismo barrio pensaban que por muy limpias que estuvieran era difícil que pudieran tragar tal cantidad de litros con rapidez.
Minutos después sí lo hicieron, desapareciendo el agua acumulada en las calles, aunque en locales y garajes hubo que echar mano de los cepillos para volver a la normalidad
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