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Una de las numerosas presentaciones que se hicieron en su día
Veinte años de la División Editorial

Veinte años de la División Editorial

"Con mucha dedicación y atrevimiento, conseguimos poner la capacidad editorial de nuestra ciudad al más alto nivel en la región"

JUAN CARLOS MORENO

Domingo, 18 de marzo 2018, 16:04

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En los últimos tiempos Navalmoral viene conmemorado el veinte o veinticinco aniversario de diversos colectivos o acontecimientos. Lo que me lleva a concluir que la de los 90 fue una década socialmente muy fructífera en la capital arañuela.

En ese ejercicio de memoria colectiva, aprovecho esta tribuna para recordar uno de los proyectos que más me ilusionó, mayores satisfacciones me reportó en lo personal y que me regaló varias de las páginas más bonitas y fascinantes de mi vida profesional: la División Editorial, de cuya creación se cumplen 20 años.

Los libros siempre han estado presentes en mi vida (en casa hay dos grandes lectores, mi mujer y mi hijo mayor), así que desarrollar un proyecto en el que fuesen el gran protagonista resultó todo un placer. Y poder realizarlo junto a la persona con quien comparto mi vida y mis pasiones, fue además un privilegio extraordinario.

En las postrimerías del siglo XX, y bajo el paraguas económico y técnico de PubliSher Navalmoral, desde la División Editorial dimos un paso más allá en la activa y arraigada tradición de las artes gráficas moralas (Sixto y Paco del Castillo, Pedro Rivero o Antonio Luengo son grandes impresores de aquella época con los que colaboré y compartí amistad). Con mucha dedicación y buenas dosis de atrevimiento, conseguimos poner la capacidad editorial de nuestra ciudad al más alto nivel en la región, reivindicando y demostrando de una manera práctica y efectiva que en Navalmoral y Extremadura se podían hacer las cosas con la misma dignidad y calidad que fuera.

Buen ejemplo fue la edición del primer libro de texto para Bachillerato realizado íntegramente en Extremadura, desde su concepción a su edición. 'Geografía de España y Extremadura' fue sufragado desde el ámbito privado por la División Editorial y elaborado en colaboración con la UEX y una veintena de profesores de la región. O el libro 'Vida y obra de Álvaro Lozano Morales', dedicado a la lucha antipalúdica, que nos deparó excelentes momentos, una amistad entrañable y llevó el nombre de Navalmoral a numerosos centros de investigación científica del Estado.

Los datos están ahí y su resultado pervivirá, discreto pero orgulloso, al paso de los tiempos en algunas estanterías de bibliotecas públicas y privadas. 90 títulos en apenas tres años de existencia (1997-2000) y una nada desdeñable cifra de 45 publicaciones en el segundo ejercicio, nos situaron al frente de la actividad editorial en Extremadura, sólo por debajo de la Editora Regional Extremeña. Un bagaje que fue posible gracias a la decidida apuesta y valentía económica de Ramón Barbado y Julián García Derecho, socios de PubliSher y mentores de la iniciativa; también a la implicación de todo el equipo humano de la imprenta: desde Pepe, Carlos, Yolanda y Ana Isabel en la sala de diseño hasta el personal de talleres, como Isabel, Mari Carmen, Teresa, Mª Jesús y Pedro, entre otros, pasando por Rosi, María José o Juan Ramón en las cuestiones administrativas.

Al margen de los resultados, la División Editorial forma parte de nuestras vidas como algo propio, hecho desde la admiración por los libros y con la voluntad de aportar nuestro granito de arena al patrimonio cultural y social de Navalmoral, algo que siempre ha motivado y alentado mi trayectoria vital.

Desde nuestro despachito habilitado en el altillo de la imprenta de la calle Veteranos, codo con codo fuimos construyendo libro a libro el modesto legado de la División Editorial. Fueron días de sofocante calor estival y tarde-noches de frío invierno; de montañas de proyectos, de tener la mesa repleta de esbozos, maquetas y plantillas, y de fotos desparramadas a cientos por todas partes; del tacatacatac incesante del teclado de Yolanda, quien en su organizada mesa a mi lado iba dando forma a textos y páginas.... Nos adentramos en las entrañas de los libros; leímos decenas de manuscritos y desmenuzamos sus pormenores; participamos en su confección y les dimos vida seleccionando formatos, tipos, tapas, y demás detalles una experiencia enriquecedora que hizo que cada uno de los títulos tenga algo de nosotros.

El alma, los autores

Cada nueva edición fue una apuesta asumida con auténtica pasión, convencidos de la bonanza del proyecto y de la oportunidad dada a sus autores. Nosotros le pusimos los medios, el esfuerzo y la forma a los noventa títulos, pero el alma la pusieron sus autores. Desde prestigiosos profesores y científicos como Mª Emilia Domínguez o Álvaro Lozano hasta escritores bregados como el verato José V. Serradilla, cuya novela 'El Francés de la Cala' cruzó la península para anclarse en Ibiza, escenario principal de la narrativa.

Pero sobre todo, la División Editorial fueron aquellos jóvenes autores locales como José Alfonso Bolaños 'Extramuros', José Miguel Álvarez 'Federico/Inmortalizar la juventud', Marta Saray 'Rosas Rojas, Blancas y Amarillas' y escritores noveles como Dolores Gómez Baños 'Vivir', Ángel Luis García 'Teatro para niños. La historia de Peroncha y otras' que tuvieron la oportunidad de aventurarse en sus primeras incursiones literarias.

También las aportaciones a la cultura y tradición local con títulos como 'Cuando pienso en extremeño', libro póstumo de Felipe Marcos; 'De Morala. Estudios sobre el traje típico de Navalmoral', coordinado por Chelo Luque; el recopilatorio de juegos infantiles de Félix Contreras 'ta y una con pan y aceituna'; un recortable de la Iglesia de San Andrés o la publicación de varias ediciones de los Coloquios Histórico-Culturales del Campo Arañuelo. Y los cientos de personas que con su desinteresada colaboración hicieron posible la exitosa colección 'Pueblo en Blanco y Negro' del Campo Arañuelo, La Vera y Los Ibores, que alcanzó 40 volúmenes y cuya edición dedicada a Navalmoral, agotó los mil ejemplares de la primera edición en apenas dos días, durante la Feria de San Miguel de 1997.

En definitiva, un amplio reguero de gratos recuerdos y numerosas satisfacciones personales y profesionales. También no pocas contrariedades y obstáculos, porque cada libro fue un nuevo reto nada fácil de conducir a buen puerto. Sin duda, de cuantos proyectos he llevado a cabo, muchos de ellos en Navalmoral y el Campo Arañuelo, la creación y desarrollo de la División Editorial es el que luzco con mayor orgullo. Y también el que me dolió más su desaparición.

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