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Malestar entre los vecinos de Mesas de Ibor por el corte de la carretera que les une con Bohonal

Malestar entre los vecinos de Mesas de Ibor por el corte de la carretera que les une con Bohonal

Se trata de la vía alternativa al tramo sobre el que cayeron rocas en diciembre de 2016

Miguel Ángel Marcos

Lunes, 12 de marzo 2018, 14:58

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Desde principios de la pasada semana se viene repitiendo en informaciones periodísticas y radiofónicas que la carretera CC-19.3, en las inmediaciones de Mesas de Ibor, permanece cortada a lo largo de casi un kilómetro debido a que la calzada se llenó de tierra por los desprendimientos registrados en una ladera. Según explicaban desde la Guardia Civil de Tráfico, junto a la carretera hay una ladera que sufrió desprendimientos debido a las intensas lluvias, además de apuntar que la carretera tiene «poco tráfico».

Un comentario que ha indignado aún más a los vecinos y vecinas de Mesas por el rodeo de muchos kilómetros que se ven obligados a dar para ir al cercano municipio de Bohonal, a la carretera de Guadalupe, a la Autovía de Extremadura o a Navalmoral.

Pero es que, además, aseguran que las explicaciones que se dan no son del todo ciertas, puesto que los desprendimientos en la carretera en cuestión, que une Mesas con Bohonal, se produjeron hace más de un año, a primeros de diciembre del 2016. Entonces la Diputación Provincial -de quien depende la vía- decidió anular definitivamente el tramo afectado, por razones de seguridad, en lugar de retirar las rocas caídas, y acondicionar el desvío alternativo que se habilitó por la carretera antigua.

Según se anunció en su día ese acondicionamiento se haría en pocos meses, una vez que existiera disponibilidad presupuestaria. Esos pocos meses se han convertido en más de un año, puesto que las obras no se adjudicaron hasta los primeros días de enero en 174.400 euros.

Un barrizal por las obras

Y de ahí es, según los vecinos, de donde viene la situación que ha originado el corte actual, del inicio de las obras, que al coincidir con este periodo de lluvias ha hecho que el piso se convierta en un barrizal y no se pueda transitar. Por eso se ha tenido que interrumpir el tráfico, añadiendo que no hubiera sido así de haber empezado por un carril y dar paso por el otro, como suele hacerse normalmente para no dejar la carretera sin uso. Y ellos son ahora los paganos de la situación, al duplicar o triplicar los kilómetros en coche para poder hacer su vida normal.

«Es lo que nos faltaba después de estar tantos meses con una carretera en precario», se lamentan con evidente malestar.

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