Parcheo de la pista durante el último partido de Navalmoral FS

Un problema estructural de la cubierta al que no se encuentra una solución técnica

Vuelven las goteras, los charcos y las humedades al pabellón polideportivo

Miguel Ángel Marcos

Lunes, 5 de marzo 2018, 12:05

Un problema estructural de la cubierta difícil de resolver, al verter e l agua hacia adentro, aunque están abiertos a soluciones técnicas que sean asumibles por el Ayuntamiento.

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Esa es la respuesta que ha dado el primer teniente de alcalde, Iñaki Rodríguez, al preguntarle los informadores por la presencia de charcos en los últimos días en el pabellón polideportivo del Molinillo como consecuencia de las lluvias que etá cayendo desde el martes.

El portavoz municipal recordó -aunque también apuntó no es un consuelo- que una situación parecida se viene dando en las infraestructuras cubiertas de otros sitios y que en el caso concreto de Navalmoral no encuentran una solución para evitar las goteras, estando abiertos a estudiar las que se reciban.

Actuaciones anteriores

Y lo cierto es que no debe ser fácil, puesto que las goteras y los charcos acompañan al pabellón prácticamente desde su construcción hace más de tres décadas, sin que se haya podido resolver de manera definitiva a pesar de los intentos que se han hecho.

La hemeroteca nos remonta al año 2004, cuando el gobierno municipal, que ya presidía Rafael Mateos, se gastó cerca de 260.000 euros en un proyecto, supervisado por el Consejo Superior de Deportes, "que iba a terminar con las humedades y la condensación de agua al sacar al exterior la canalización que iba por el interior", según aseguró la portavoz de entonces.

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Una década después, en 2014, el Ayuntamiento se gastó otros 45.000 euros en varias actuaciones tanto en la cubierta como en el parqué, que se levantó por culpa del agua que entró por las deficiencias de la cubierta. En ese momento se dijo que "se iba a ampliar la captación del agua".

Tres años después estamos igual, con goteras, charcos y humedades, debiendo recurrir a parches en la pista y a cubos de agua, trapos y fregonas en otras partes de la instalación. Y así va a seguir siendo cada vez que llueva con cierta intensidad si no llega una solución técnica casi milagrosa.

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