Borrar
El eco de las manifestaciones

El eco de las manifestaciones

El texto de Gómez de la Torre adelanta la aparición, el viernes, del nuevo número de la edición local de HOY con toda la información del último mes

José María Gómez de la torre

Jueves, 14 de diciembre 2017, 08:58

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El día 18 del pasado mes de noviembre miles de extremeños, enarbolando banderas de la comunidad autónoma y pancartas reivindicativas, se congregaron en la Plaza de España de Madrid para participar en el acto convocado por el Pacto Social y Político por el Ferrocarril para reclamar un tren digno para la región.

Del orden de 16.000 manifestantes llegaron a bordo de los más de 320 autobuses fletados por los ayuntamientos de la comunidad. A ellos hay que añadir a los que viajaron en tren -que llegó con más de veinte minutos de retraso-, a los que se desplazaron por sus propios medios, a muchos extremeños que viven en Madrid y a otros que se unieron viniendo de otros lugares de España.

No sabría calcular el número de personas asistentes a esta manifestación. Los convocantes hablan de cuarenta mil, mientras que la Delegación del Gobierno en Madrid lo rebaja a seis mil quinientos.

Me llama la atención la mezquindad de la estimación hecha por la delegación gubernativa porque los que hacen este cálculo ruin seguramente son los mismos que hace pocos años estimaban en un millón los asistentes a manifestaciones que llegaban de toda España en unos mil quinientos autobuses.

Puede que alguno de los que viajaron a Madrid se "despistaran" y aterrizaran en El Corte Inglés, en Ikea o se metieran en un bingo. Pero contando que sólo en los autobuses viajaron del orden de dieciséis mil personas, pensar que se pudieran "despistar" más de nueve mil se me hace un tanto exagerado. En fin, que Dios ilumine a los que hicieron estimación gubernamental de concurrencia al acto, porque me parece que están muy necesitados de la ayuda divina.

Flor de un día

Ahora viene lo del eco como repercusión de la manifestación.

Lamentablemente tengo que decir que fue flor de un día, que en los noticiarios tuvo una vida de un par de minutos y que al día siguiente nadie se volvió a ocupar del asunto.

Creo que está claro el porqué. Todos los informativos, todos los programas de opinión, todas las tertulias -a excepción de las que dedican al cotilleo puro- estaban y están ocupadas por la situación en Cataluña. Por los independentistas, por los consellers que estaban en la cárcel, por los que salieron de la cárcel, por los que permanecen en la cárcel, por el expresident prófugo Puigdemont, por sus correrías en Bruselas, por sus acompañantes, por sus ocurrencias y declaraciones, por las manifestaciones callejeras de alcaldes y de independentistas, viajeros a Europa porque tienen documentación española, por la insólita situación, no sé si más ridícula que insólita, que se está dando en una campaña electoral con candidatos que encabezan las listas electorales de sus partidos, huidos unos, encarcelados otros, pendientes de juicio todos ellos, con la posible condena de inhabilitación para cargo público tras haber conseguido -no hace falta ser profeta para acertar en el pronóstico- su elección en las votaciones del próximo día 21.

Sin ánimo de profundizar más en este fatigoso -y farragoso- asunto, creo que todo él se ha llevado, y se sigue llevando, desastrosamente mal por los gobernantes de ambos lados de la barrera, incapaces de gestar ideas que no sean confusas, difusas, inconexas, erróneas o superfluas, a más de estúpidas la mayor parte de ellas. Y me hago una pregunta que traslado a quienes mantenían esa teoría: después del 21 de diciembre ¿deberá gobernar la lista más votada?

Otro de los eventos que necesita del mayor eco mediático es la lucha contra la violencia de género. El pasado 25 de noviembre se celebró su día internacional. Aquí, en Navalmoral se adelantó un día la fecha y a la celebración de la efeméride se unieron los tres institutos de la localidad.

También el día 24 hubo una manifestación que concluyó frente al Ayuntamiento. El eco mediático lo puso Amador con la publicación de una serie de fotografías en Facebook.

Pero la violencia de género no va a finalizar con manifestaciones, ni con el estado de opinión que se cree en las redes sociales, ni con la publicidad que le puedan dar los medios de comunicación. Disminuirá, que no desaparecerá, cuando los niños de hoy lleguen a adultos mañana, se les haya educado en los valores de igualdad y respeto y lo hayan asimilado. Y aún así, inevitablemente, seguirá habiendo energúmenos descerebrados que no respeten nada.

Hoy podrían evitarse muchos casos de violencia y de asesinatos si en los presupuestos del Estado se dedicase más dinero a modernizar la justicia, a crear juzgados especializados, a dotar a la policía de medios efectivos, y para el futuro, elaborando ya leyes de educación que formen en valores cívicos. Pero qué vamos a esperar de un Gobierno cuyo presidente alardea de no haber dedicado en el tiempo de su presidencia ni un solo euro a cumplir una ley cuyo cumplimiento le encarece la ONU.

Feliz Navidad a todos.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios