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La fiesta de la Poesía, con mayúscula

Luis Alberto de Cuenca lee sus poesías a alumnos de Bachillerato del IES Augustóbriga, con los que reflexiona sobre la educación y la cultura

CAROLINA molina fERNÁNDEZ

Miércoles, 8 de marzo 2017, 19:03

Hay días en los que en los institutos de educación secundaria se producen pequeños milagros, que sacan a alumnos y profesores del tedio cotidiano. El lunes se obró uno de ellos, al menos en el Instituto Augustóbriga. Los alumnos y profesores de segundo de bachillerato pudieron disfrutar de la poesía de Luis Alberto de Cuenca (Madrid, 1950), recitada por el propio Luis Alberto de Cuenca.

Todo comenzó en la propia filología. Alejandro González Terriza, prolífico profesor del Augustóbriga, leyó su tesis doctoral en enero de 2016 en Madrid, y en el tribunal de dicha tesis estaba, como doctor que es también en Filología Clásica, Luis Alberto de Cuenca, que además de poeta es investigador del Centro Superior de Investigaciones Científicas. De aquella tesis se vino González Terriza con la promesa de una visita del poeta, que, un año después, cumplió su palabra.

Los alumnos de segundo de bachillerato estaban expectantes, porque Luis Alberto de Cuenca es uno de los nombres de cita obligada de la última poesía española, y lo han estudiado y han leído. Y como ha reconocido el propio Luis Alberto de Cuenca, es un lujo necesario, un acicate y una actividad muy enriquecedora que desde los centros de secundaria se pueda escuchar la voz de los propios poetas.

De Cuenca leyó una treintena de poemas de su producción, explicando a veces su origen, otras analizando su métrica y, sobre todo, intentando que los alumnos de bachillerato entiendan por qué la poesía es necesaria en este mundo. Habló de que este arte no se compra -no se gana dinero con él-, y precisamente por ello es una de las actividades más libres de las que puede hacer el hombre.

Defensa de la cultura

Hizo en su discurso, simple y profundo a la vez, un alegato en defensa de la cultura, desde sus manifestaciones más populares (al recordar varias veces sus colaboraciones con la Orquesta Mondragón, la actual con Loquillo o su pasión por el cómic) hasta los grandes nombres de la literatura europea (Catulo, Guillermo de Aquitania, Cervantes, Lope de Vega, Goethe, Hölderlin), instando a los jóvenes a escribir, pues según el poeta la literatura, especialmente la poesía, tiene un poder terapéutico para el alma.

Los alumnos le preguntaron, firmó ejemplares de sus libros y se despidió recordando que visitó el instituto Zurbarán hace veinte años, con lo cual ya solo le queda pisar el Albalat. El lunes le tocó al Augustóbriga, y sus alumnos han estado de fiesta. La fiesta de la Poesía, con mayúscula.

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