

Miguel Ángel Marcos
Sábado, 14 de noviembre 2015, 16:13
Cuando empecé no tenía ni idea de que esto iba a llegar donde ha llegado. Subí la petición a Change.org, un poco como el derecho a la pataleta. Con estas palabras reconocía Eva Bailen, promotora de la campaña 'Por la racionalización de los deberes en el sistema educativo español', que no se esperaba la respuesta que ha obteniendo y sigue obteniendo- su iniciativa, que ya ha superado las 180.000 firmas a través de la plataforma.
Bailén, ingeniera en Telecomunicaciones y madre de tres hijos, visitó Navalmoral semanas atrás para participar en una mesa redonda organizada por el Centro de Profesores y Recursos para abordar este asunto. Tras la misma atendió a HOY para reconocer su sorpresa por el éxito de la petición, si bien reconocía que desde el primer momento supe que esto no iba a parar.
Tanto es así que ahora mismo se encuentra en el centro de un intenso debate sobre la conveniencia o no de que los niños en edad escolar tengan más o menos deberes, de la necesidad de racionalizarlos y de establecer unos parámetros de los deberes que cada niño debe llevarse a casa, toda vez que las tareas no son las mismas ni siquiera en el mismo centro educativo, oscilando de forma considerable en función de si se trata de un profesor o de otro.
Hay que racionalizarlos, creo que debe ser algo paulatino. Lo que no puede ser es que en Educación Infantil haya padres que ya pidan deberes porque en el primer curso de Primaria, cuando lleguen, ya les van a exigir saber leer y escribir, lamentaba.
La petición comenzó a navegar por la red en marzo, cuando Bailen la subió, y desde entonces ha participado en numerosos debates y foros al respecto. Desde marzo sigo pensando en que hay que racionalizarlos, que moderarlos, crear conciencia de cuál es la importancia y cual es el objetivo de los deberes y no mandar deberes solo porque hay que hacer deberes, no crear esa competitividad, sino dejar que los niños jueguen. Ya tendrán tiempo de asumir muchas responsabilidades y muchos esfuerzos, asevera.
No obstante apunta que no se trata de una reivindicación fácil, pues en numerosas ocasiones se encuentra con otros planteamientos que acaban poniéndola frente a padres, profesores o incluso sus propios hijos.
A veces te encuentras en una encrucijada, porque cuando tu hijo lleva dos horas seguidas haciendo deberes puedes decirle que pare y escribir una nota al profesor. ¿Pero como haces esto sin quitarle autoridad al maestro, sin que el niño se vea diferente porque es el único que no lleva los deberes hechos y no piense que es el lento o el raro de la clase?. Es muy difícil, incluso cuando a veces doy el paso y se lo digo a mi hijo que pare y hago una nota a la profe... él mismo me dice que no, que los quiere hacer, afirma.
El cambio es posible
Para concluir insiste que no se trata de un sistema que esté diseñado así, sino que cada profesor tiene libertad para mandar más o menos deberes, igual que lo es para pedir que se compre un libro u otro.
Es más, asegura que los frutos de esta petición, seguida del posterior debate que se ha generado, está creando conciencia. Por lo tanto, a tenor de este planteamiento, el cambio sí es posible.
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