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"Lo mejor es estar en contacto permanente con la naturaleza, practicar deporte, sentir la complicidad con mi caballo..."

"Lo mejor es estar en contacto permanente con la naturaleza, practicar deporte, sentir la complicidad con mi caballo..."

Vidal Carreño, experimentado jinete y director gerente del Centro Ecuestre Dehesas Extremeñas

josé luis pde

Domingo, 24 de septiembre 2017, 09:38

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Vidal Carreño es el director gerente del Centro Ecuestre Dehesas Extremeñas en Navalmoral. Experimentado jinete, profesional de la doma de caballos y profesor de equitación en el único centro de sus características en la zona. Nos habla sobre el origen de su vocación, del centro y del mundo del caballo.

¿Cuál es tu punto de partida en el mundo del caballo?

Creo que es genético, desde muy pequeño tuve claro que dedicaría mi vida y esfuerzos al mundo del caballo. La fortuna de poder formarme durante varios años con el rejoneador Leonardo Hernández y pasar los veranos en una hípica de Madrid reforzaron mi vocación. En esta época participe en la alta competición consiguiendo medalla de bronce en la disciplina de Raid en el Campeonato de España por Equipos en 1995, además de otros triunfos nacionales e internacionales con mi caballo Ratón, clasificándome siempre en los concursos de Doma Vaquera. Cuando cumplí 19 años mi padre depositó en mi su confianza y me puso al frente del centro ecuestre Dehesas Extremeñas, que hoy continúa siendo el único centro ecuestre de la zona en su género. Desde entonces me dedico principalmente a la doma de caballos de particulares, a impartir clases de equitación y al asesoramiento en la compra venta de caballos.

¿Cuál es el origen de Dehesas Extremeñas?

Está en mi padre. Un emprendedor que en 1985, animado por sus amigos también aficionados al caballo, decidió abrir el primer club de equitación en Navalmoral para compartir con toda la gente su amor por los caballos y dar a conocer los beneficios físicos y psicológicos que aporta cualquier actividad relacionada con ellos. Un jinete autodidacta que ha sabido inculcar el respeto hacia el animal y trasmitir su experiencia a distintas generaciones de toda condición, y al que se dedica un homenaje cada año en las fiestas de San Miguel en reconocimiento a su labor y fomento de la equitación en Extremadura.

¿A qué tipo de público está orientado el centro y qué servicios ofrece?

Está orientado a todos los públicos, porque ofrece actividades para cualquier edad. Los servicios son muy diversos: alquiler de caballos por horas o días, alquiler de carruajes para bodas y eventos, rutas locales, en verano también con luna llena o rutas de varios días, Geoparque Villuercas-Ibores-Jara / Guadalupe. La Vera / Cuacos de Yuste / Emperador Carlos V. Parque Nacional de Monfragüe. Ruta de la trashumancia, etc. También clases de equitación, pupilaje y doma, campamentos de verano, celebración de cumpleaños y asesoramiento en la compra y venta de caballos. Disponemos de asturcones, ponis C de espesas crines, maravilloso carácter e increíble resistencia. Son montados por niños y por adultos, y con ellos hacemos iniciación a la equitación e iniciación en doma, salto y enganche.

¿Predomina algún género entre las personas aficionadas a la hípica, hay más hombres que mujeres o viceversa?

A nivel general es mayor la participación femenina. Sobre el 80 % del alumnado que tenemos nosotros son niñas, y esto se da en la mayor parte de los centros. Por otra parte es un deporte que no diferencia género en las competiciones y aunque aquí no sabría decirte el porcentaje, es habitual ver recoger la medalla de oro a una jinete incluso en pruebas que requieren gran fuerza y resistencia como el raid.

¿Qué beneficios destacarías en la práctica de la equitación?

Es un deporte que enseña y transmite valores muy importantes, sobre todo para los niños, como son el respeto a la naturaleza, a los animales y de forma especial a los caballos. Tanto física como mentalmente los beneficios son números. Aparte del mero disfrute son muchas las personas que utilizan su práctica como terapia para combatir el estrés o aliviar diversas discapacidades físicas y psíquicas.

¿Qué dirías que es lo mejor y lo peor de tu trabajo?

Lo mejor es trabajar en lo que me apasiona. Estar en contacto permanente con la naturaleza, practicar deporte, sentir la complicidad con mi caballo. En lo que se refiere a las actividades, dar clases a los niños y ver cómo evolucionan es lo que más me satisface, transmitir mis conocimientos y los valores de los que hablábamos antes. Hacer rutas programadas de varios días con gente de nivel es otra de mis pasiones. En cuanto a lo peor, me gusta tanto lo que hago que no sabría qué decirte, aunque cuando por enfermedad o accidente fallece o sufre algún animal se viven malos momentos.

¿Hay algún nuevo proyecto a la vista?

Sí, estamos iniciando contactos con Francia a través de una agencia de turismo que organiza rutas por todo el mundo, con la idea de expandirnos y que vengan a visitarnos aficionados de cualquier lugar. Ya hemos tenido una experiencia en este sentido con un grupo de polacos y ha resultado muy satisfactoria. Entrar en este circuito nos obliga a cumplir muchos requisitos de calidad, ya que los usuarios suelen ser expertos y exigentes, pero los cumplimos todos.

¿Tiene el centro presencia en Internet?

Sí, cualquiera puede estar al corriente de nuestras actividades, informarse y contactar a través nuestra página web y de Facebook.

¿Tienes algún hobby aparte de la equitación?

Sí, me gusta mucho nadar, correr y montar en bici. Esto me sirve para mantenerme en forma y seguir montando a buen nivel. A mis 41 años cada vez se hace más necesario cuidarse.

¿Recuerdas alguna anécdota especial, relacionada con tu profesión?

Cuando fui por primera vez a formarme a una hípica con 16 años, a la Venta de la Rubia en Madrid, di con un profesor inglés que lo primero que se le ocurrió para darme la bienvenida fue hacerme montar a un pura sangre inglés norteamericano que llevaba sin montarse ni se sabe cuanto y le daba por saltar y correr como un loco. Se corrieron las voces de que el jovencito extremeño iba a montar aquel caballo y se creo una expectación tremenda cuando salí a la pista, para ver como sería el porrazo. Su sorpresa fue que al percibir la novatada, me aferré con fuerza al caballo, y aunque salió como un loco, saltando, corriendo y botando, no me tiró. ¡Vaya con el extremeño!, este es duro decían luego. La prueba fue de fuego pero mereció la pena, hice muy buenas amistades y recibí la mejor formación.

Muchas gracias por dedicarnos tu tiempo Vidal. ¿Qué dirías para despedirte?

Animar a todo el mundo que no conozca la equitación a venir al centro a descubrirla y a quien ya la conoce o practica invitarles a disfrutar de todos nuestros servicios.

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